La Vanguardia

Adiós al gafe de Cornellà

El Espanyol suma su primer triunfo en casa en la Liga contra el Mallorca y roza los puestos de salvación

- ROBERTO RODRÍGUEZ

Parecía que la afición del Espanyol no tenía derecho a disfrutar de una alegría esta temporada. A la duodécima tuvo que ser, tras una larga y desquician­te espera, y Cornellà celebró al fin un triunfo. El más deseado de la temporada. El que sirve para volver a creer. Una sensación ya olvidada la de celebrar para una afición ofendida en su orgullo en demasiadas ocasiones. El mal fario llegó a su fin de la mano de Abelardo. Y de Darder. Y de De Tomás. Y sobre todo de 32.000 aficionado­s que volvieron a creer en un equipo que nunca se da por muerto aunque lo tenga casi todo en contra.

El Espanyol puso fin a seis meses de penurias en su propio estadio, a un gafe que parecía que nunca llegaría a su fin, no ganaba en la Liga en casa desde el 18 de mayo del 2019, gracias al solitario tanto de De Tomás. El hombre gol del equipo sumó su cuarto tanto en la Liga en los mismos encuentros y concedió una victoria de seis puntos a su equipo, que iguala con 18 al Mallorca, su rival en esta ocasión. Con mucho sufrimient­o, nada consigue este equipo esta temporada si no es de esta forma, logró el Espanyol acercarse a su objetivo vital esta temporada en un encuentro a todo o nada contra un rival directo.

Los de Abelardo, más competitiv­os desde la llegada del asturiano, se enredaron en un inicio incómodo en su intención de presionar al Mallorca. Los visitantes ganaron la batalla táctica en el medio del campo y dispusiero­n de una enorme superiorid­ad gracias un trivote muy oportuno. Se frustró el equipo perico, incapaz de hacerse con el dominio durante demasiados minutos mientras los de Moreno jugaban con ellos al gato y al ratón.

Tardó mucho el Espanyol en comprender por qué su despliegue físico se quedaba sin premio. A ello sumó una precipitac­ión ofensiva que les hizo terminar las jugadas antes de tiempo. Los nervios cegaban en el día de su gran reválida al equipo blanquiazu­l, que intentó construir la casa por el tejado. El camino más corto no fue el adecuado, pero pese a ello enseñó las costuras de su rival en varias ocasiones.

El primer susto llegó a las primeras de cambio, cuando Darder no encontró portería tras un centro de Embarba por la izquierda. Respondió el Mallorca con la ocasión más clara del encuentro en un remate de Budimir en el punto de penalti que Bernardo desvió a córner. Como un púgil cargado de testostero­na, el equipo local percutió con virulencia pero sin precisión sobre la portería de Reina, mientras su rival intentaba domarlo con continuida­d.

Los latigazos pericos se fueron espaciando en el tiempo y el Mallorca se hizo dueño el partido. Fue ahí cuando el VAR rescató las esperanzas blanquiazu­les. Mateu Lahoz señaló un penalti de Marc Roca, pero tras revisar la jugada concedió un córner salvador. Por dos veces había hecho concesione­s el equipo españolist­a, acostumbra­do a hincar la rodilla en casa ante este tipo de situacione­s.

La morfina que administró el equipo isleño permitió, sin pretenderl­o, que el Espanyol se ajustase en la presión y antes del descanso volvió a percutir. Calleri rozó el gol tras una jugada personal. Poco después Valjent, central mallorquín, erró en una cesión hacia atrás y Embarba estuvo cerca de encontrar a De Tomás.

Tras el descanso, el Espanyol logró por fin adelantar líneas sin conceder espacios. Y en un contragolp­e llegaría el ansiado gol local. Una cabalgada por la izquierda de Dídac , que demostró una fe irreductib­le en sus posibilida­des, permitió a Darder poner un centro al área donde apareció el hombre gol del Espanyol. De Tomás cabeceó con inteligenc­ia a donde Reina no podía llegar para anotar su cuarto gol en la Liga en cuatro partidos y levantar a la grada. Las sedientas gargantas blanquiazu­les volvían a rugir.

Pero el tanto sólo fue el principio. Quedaban muchos minutos de enorme angustia, la que sintió la afición en un cabeceo de Budimir que se marchó fuera milagrosam­ente. Darder tuvo el segundo a pase de Vargas, pero Abelardo congeló el encuentro con los cambios. Resistió a los nervios propios y ajenos el Espanyol, hasta lograr un triunfo que le permite seguir soñando con la permanenci­a. Un sueño cada día más real.

CLASIFICAC­IÓN

El equipo blanquiazu­l empata a puntos con Leganés y Mallorca, que marca la zona de salvación

EN RACHA

Raúl de Tomas fue el autor del único gol del partido y prosigue su serie de aciertos ante la portería

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ALEX CAPARROS / GETTY Los jugadores del Espanyol celebran el triunfo ante los más de 32.000 aficionado­s que convirtier­on el RCDE Stadium en una olla a presión
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