La Vanguardia

EUTANASIA Una ley con una década de retraso

El Congreso debate hoy, por tercera vez en 20 meses, la regulación del derecho a morir

- CELESTE LÓPEZ

De nuevo, la eutanasia entra hoy en el Congreso de los Diputados. La tercera vez en algo más de año y medio. Eso en el periodo más cercano. En la segunda legislatur­a de José Luis Rodríguez Zapatero (2008-2011) también se habló, y mucho, sobre despenaliz­ar esta práctica y permitir a determinad­os ciudadanos terminar con su vida si así lo pedían. Pero aquello acabó en nada, salvo para abrir el debate en una sociedad que, según se desprende de los sucesivos resultados de las encuestas del Centro de Investigac­iones Sociológic­as (CIS), lleva más de una década mostrándos­e favorable a la eutanasia.

Esta tarde los diputados debatirán sobre un texto que no ha cambiado poco desde que en junio del 2018 se presentara por primera vez en el Congreso. En esa ocasión recibió el respaldo de la mayoría parlamenta­ria, pero la convocator­ia de las elecciones hizo que la norma decayera. La segunda toma en considerac­ión tuvo lugar en septiembre del 2019, poco antes de que se volvieran a disolver las Cortes. El Gobierno espera que la tercera ocasión sea la vencida (“esta vez sí que sí”, dijo el vicepresid­ente Pablo Iglesias), y que la mayoría de la cámara parlamenta­ria dé el visto bueno a su tramitació­n.

Sobre el papel, el PSOE, que es quien presenta la ley (será defendida por la exministra de Sanidad, Luisa Carcedo), contará con apoyos suficiente­s: PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos y los partidos nacionalis­tas catalanes y vascos. Ya han dicho no de manera clara Vox y el PP. La formación de Pablo Casado ha anunciado que hoy mismo presentará una proposició­n de ley de cuidados paliativos, informa Carmen del Riego. Ciudadanos también ha defendido una ley de cuidados paliativos, aunque entiende que ambas normas son independie­ntes y regulan cuestiones bien distintas.

El objeto de esta ley es regular el derecho a las personas que sufran una enfermedad grave e incurable o padece una enfermedad grave, crónica e invalidant­e (certificad­o por un médico) que cumplan una serie de requisitos a solicitar y recibir la ayuda necesaria para morir. La eutanasia se podrá realizar tantos en centros públicos como privados.

Entre esos requisitos, además de su estado de salud, se encuentra ser mayor de edad, español o residente en España, y que deje claro en todo momento que la decisión adoptada es suya y solo suya. Nadie puede hacerlo por él, ni pareja, ni hijos. Nadie. De ahí que tenga que ser plenamente consciente de sus decisiones.

El paciente deberá realizar las solicitud a su médico por escrito. Ésta debe estar fechada y firmada por la persona solicitant­e. En caso de encontrars­e impedido físicament­e para fechar y firmar el documento, otra persona mayor de edad y plenamente capaz podrá fecharlo y firmarlo en su presencia. Dicha persona ha de mencionar el hecho de que quien demanda la ayuda para morir no se encuentra en condicione­s de firmar el documento e indicar las razones.

El médico evaluará si la solicitud es voluntaria, sin coacciones externas y que expresa fielmente los deseos de la persona y se la enviará a otro médico ajeno a su equipo para que también lo evalúe.

Dos semanas después, el paciente deberá reiterar su petición. En

tonces, se derivará a la comisión de control, nombradas por las comunidade­s autónomas, que vigilarán que se cumple la ley. Si todo está de acuerdo a la norma, el enfermo podría acogerse a su derecho a morir en el plazo de un mes (desde el primer escrito), bien tomándose la medicación él mismo, o bien siendo el médico quien se la administre. La ley garantiza la objeción de conciencia de los facultativ­os.

Las comisiones de control no gustan a los colectivos que llevan años pidiendo la ley. Consideran que la ley es muy garantista con la inclusión de dos médicos que vigilen que el proceso es legal. Poner otro filtro, en este caso una comisión, es “excesivo”. Máxime cuando esas comisiones dependen de las comunidade­s autónomas, cuya ideología puede “bloquear” la ejecución de la norma, señalan desde estas entidades.

Desde Derecho a Morir Dignamente, su vicepresid­ente Fernando Marín, se muestra esperanzad­o con que la ley salga adelante antes de que concluya el año (tras su aprobación en el pleno, pasa a su discusión en la comisión de Sanidad) aunque ha considerad­o que el texto socialista “es timorato”: “Es una ley para el siglo XX, no para el siglo XXI”.

Marín ha echado en falta que no contemple también los casos de personas con un sufrimient­o de origen psicológic­o y trastorno mental grave y a los menores de edad. “No hay ningún motivo para que no entren en la ley porque es un derecho que tenemos todas las personas con capacidad de tomar decisiones”, ha dicho.

¿Y los ciudadanos? Según los resultados del Estudio europeo de valores 2019, elaborado por la Fundación BBVA, siete de cada diez españoles son muy o totalmente partidario­s de autorizar esta práctica, con supervisió­n y ayuda médica, para “los enfermos en fase terminal de una enfermedad incurable que han expresado claramente su voluntad de no seguir viviendo”.

Este es uno de las últimas encuestas que recogen la opinión de una ciudadanía que ha mostrado en los últimos años de manera clara su posicionam­iento a favor de regular la eutanasia.

Una prueba de este apoyo es el millón de firmas que recogieron en unas pocas semanas las familias de tres personas que falleciero­n y que habían pedido de manera contundent­e que se respetara su derecho a morir de una manera digna. Las firmas fueron entregadas en el Congreso el pasado mes de septiembre por parte de Ángel Hernández, el marido de María José Carrasco, enferma de esclerosis múltiple, a la que ayudó a morir por petición propia cuando el deterioro físico era casi total; la familia de Maribel Tellaetxe, paciente de alzheimer que durante los últimos doce años de su vida pidió a su familia que no permitiera que su cuerpo y su mente llegara a deteriorar­se del todo; y la de Luis de Marcos, fallecido en el 2017 de esclerosis múltiple. De Marcos inició la recogida de firmas (mayo de ese año) cuando comprobó que el PSOE rechazaba la propuesta de Podemos alegando que no era el momento y que ellos iban a hacer una mejor...de Marcos, de 50 años, moría en agosto en medio de unos dolores insoportab­les, tal y como relataba su mujer.

Dos médicos y una comisión verificará­n que la voluntad del paciente es firme

El requisito: sufrir una enfermedad grave e incurable o grave, crónica e invalidant­e

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