La organización esperaba unos ingresos de 500 millones
La suspensión se acordó en el consejo de la GSMA y se hizo pública a través de un comunicado horas después. Previamente, se informó personalmente a las administraciones públicas, que se han volcado en evitar que se suspendiese el salón y apostaban por mantener la cita aunque fuese de mínimos. Hoffman comunicó la decisión personalmente en un encuentro de urgencia en los cuarteles generales de la GSMA en Fira de Barcelona con las alcaldesas de Barcelona, Ada Colau, y de l’hospitalet, Núria Marín, la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, el conseller de Polítiques Digitals, Jordi Puigneró, y el director general de Fira de Barcelona, Constantí Serrallonga. Si en otros años se encontraron con un John Hoffman enfadado por las crisis de las huelgas de metro y de taxi, ayer el mandamás del Mobile se deshizo en elogios a las instituciones públicas por la excelente gestión llevada a cabo y por la lealtad demostrada durante los últimos días. Hoy comparecerán juntos todos ellos para dar las correspondientes explicaciones y tratar de mirar con optimismo al aún lejano 2021.
Para entonces quedará también el estreno del Xside, el salón conjunto que habían ideado la GSMA y los organizadores del Sónar, en lo que debía ser el punto de encuentro de la innovación y la creatividad, con espacios profesionales en horario diurno y conciertos de música electrónica por la noche. También se suspende el 4 Years From Now (4YFN), el hermano pequeño del Mobile en el que se dan cita los emprendedores e inversores.
La cancelación de la edición del Mobile afectará mucho más allá de los 100.000 congresistas que tenían previsto acudir y los 14.000 puestos de trabajo temporales que genera anualmente en el área metropolitana. Provocará pérdidas millonarias no solo a múltiples empresas de servicios de la ciudad –hoteles, restaurantes, taxis y multitud de empresas de servicios– , sino a la propia GSMA. De hecho, el debate en la reunión con las operadoras fue puramente económico. Una vez se constató que el salón no contaría con ninguna de las marcas que le daba sentido, el debate giró alrededor de quién debe pagar la suspensión de la fiesta. Las cantidades que se manejan son astronómicas. Cada metro cuadrado cuesta más de 1.000 euros y hay más de 2.800 expositores con espacio reservado en los ocho pabellones de Gran Via de l’hospitalet, llenos hasta la bandera, con cada rincón vendido y con todo el mobiliario y el montaje de expositores ya contratado desde hace meses.
El problema de la suspensión del certamen por parte de la GSMA es que, si no está amparado por una declaración de emergencia sanitaria, la entidad está obligada a devolver el dinero a todas las empresas expositoras porque los seguros no cubren este tipo de incidencias. “No hay una cobertura para pandemias y mucho menos para cubrir compensaciones o indemnizaciones derivados de decisiones subjetivas y arbitrarias”, comentan fuentes del sector asegurador. Desde Marsh, líder mundial en consultoría de riesgos y correduría de seguros, explican que existe un seguro llamado cancelación de eventos que protege de los perjuicios financieros en los que haya incurrido el promotor del evento tales como las entradas ya vendidas, gastos incurridos para la preparación del evento o de montaje y desmontaje. “En los últimos años, tras algunas epidemias como el SARS y acciones de terrorismo, la contratación de este tipo de seguros se ha encarecido mucho, siendo uno de los costes principales para estos eventos”, explica Gonzalo Guzmán, director comercial de riesgos financieros en Marsh España.
Aun así, si se revisa la letra pequeña, en las condiciones de la GSMA se encuentra un apartado en el que se exonera a la organización de las responsabilidades en caso de que no pueda cumplir sus obligaciones por fuerza mayor. ¿El coronavirus se podría considerar una fuerza mayor pese a que no se ha declarado la pandemia en España? En cualquier caso, y más allá de las enormes pérdidas para GSMA que se producirán con la anulación del MWC, el escenario más probable es el de la negociación de una compensación, caso por caso. Cada empresa puede exigir lo que crea que le corresponde, pero la GSMA cuenta también con la posibilidad de llegar a acuerdos para compensar a sus clientes en los próximos años.
Caso aparte son el medio centenar de compañías que ya habían anunciado a bombo y platillo que no iban a asistir al congreso. Si ya habían rescindido el contrato, en este caso serán ellas las que pierdan las cantidades desembolsadas y pendientes de pago a la organización, así como las decenas o centenares de miles de euros de gastos ya comprometidos. Es el precio de una decisión unilateral que les dificulta exigirle a la organización ni un solo euro.
CORONAVIRUS SIN ASEGURAR Las pólizas de seguros no cubren la suspensión si no hay declarada una emergencia sanitaria
RESERVAS CON REEMBOLSO
La organización deberá devolver el dinero a los expositores que no se habían dado de baja