Raül Garrigasait
Escritor y helenista
El presidente de La Casa dels Clàssics, Raül Garrigasait, publica Els fundadors, un relato vibrante de los primeros años de la Fundació Bernat Metge y de sus tres protagonistas: Francesc Cambó, Joan Estelrich y Carles Riba.
Raül Garrigasait (Solsona, 1979) es un ser privilegiado. Un día del 2007, invitado por Montserrat Ros, subió al séptimo piso de la Via Laietana, 30, y empezó a trabajar. Para un joven helenista, entrar en la Fundació Bernat Metge debía de ser como entrar en el Olimpo. Hoy es el presidente de La Casa dels Clàssics y ha vivido en primera persona la transición de aquella editorial en manos de la familia Guardans Cambó al grupo cooperativo Som*.
Fruto de esa experiencia y de todo lo que ha investigado, publica Els fundadors (Ara Llibres), un vibrante relato de los comienzos de la Fundació Bernat Metge. “Sin saberlo, empecé a escribir este libro hace trece años –explica–. Ros había conocido a Carles Riba, llevaba encima la memoria de la fundación y siempre contaba historias de sus predecesores”.
La fundación nace en 1922, el momento noucentista en que Catalunya había establecido algunas de las que hoy se llamarían “estructuras de Estado”, bajo la presidencia de Prat de la Riba. La compra por parte de la Junta de Museus del recinto de Empúries fue la chispa que iluminó a Francesc Cambó. De hecho, la cara del dios griego Asclepio (el Esculapio romano), encontrado en las excavaciones, aparece en el sello de la editorial. “En el momento del pistolerismo, Joan Estelrich dice en el manifiesto fundacional que los clásicos tendrán una virtud pacificadora entre nosotros”, relata el autor.
“A principios del siglo XX –continúa–, en la cultura catalana los clásicos significaban ambición de universalidad, rigor, voluntad de orden, de poder, y está la idea noucentista de entroncar con el Renacimiento. Era un modo de rehacer la historia. Eso explica el entusiasmo con que fue recibida la Bernat Metge, sobre todo durante la dictadura de Primo de Rivera, cuando aumentaron considerablemente los suscriptores porque era una forma de resistencia”.
El libro abarca desde los comienzos hasta los años sesenta: “Quería hablar de los tres personajes más importantes: Cambó, que tuvo la idea y fue el mecenas; Estelrich, un activista cultural que definió muy bien el proyecto; y Riba, que puso el método, la profundidad, los conocimientos. Son muy diferentes, hay muchas tensiones entre ellos, pero se complementaban y fueron necesarios para que la Bernat Metge saliera adelante”. Los primeros decenios son convulsos, de modo que el libro también es un recorrido por la historia de Catalunya de la primera mitad del siglo XX.
Un momento crítico es el de la guerra: “La editorial es ocupada y destruida. Cambó y Estelrich se sitúan en un bando, y Riba, que se mantiene fiel a la República, acaba dirigiendo la fundación cuando la Generalitat la expropia y la traslada. Eso crea más tensiones con Cambó, que considera a Riba un traidor, y Estelrich, a quien el estallido de la guerra ha sorprendido en Roma con una de sus amantes, Paulina Pi de la Serra. Sin embargo, los tres quieren lo mismo: salvar la Bernat Metge”.
Garrigasait no se ha esperado al 2022, el año del centenario, para escribir Els fundadors: “No hay que hacerlo todo para una fecha... Así ya está hecho”, concluye.
Garrigasait relata en ‘Els fundadors’ las vicisitudes de los tres personajes: el dinero, la gestión y la sabiduría