El acusado de la Urbana: “¿Cómo te desharías de un cadáver?”

La premeditación y el sospechoso comportamiento de los dos acusados emergieron ayer en la sexta sesión del juicio por el crimen de la Guardia Urbana. El 16 de abril, 14 días antes de los hechos, el acusado Albert López le preguntó a su compañero de patrulla cómo se desharía de un cadáver. Este, sorprendido por la pregunta, le respondió en tono irónico que “cogería el cuerpo, lo podría dentro de un coche, le prendería fuego, lo metería en una zona de difícil acceso para los bomberos hasta que prendiese lo máximo posible”. Esta idea se cumplió a rajatabla días más tarde con su amigo Pedro Rodríguez. Su cadáver apareció calcinado en el interior de un coche en una pista forestal flanqueada por el pantano de Foix.

El testigo lo explicó ayer entre sollozos. Pensó que la pregunta respondía a una conversación irónica y en ningún momento imaginó que sería el preludio de lo que sucedió. El agente necesitó unos segundos para coger aire antes de responder. Dirigió su mirada hacia el acusado Albert y en voz baja pronunció: “Lo siento, tío”. En ese momento, el fiscal le inquirió: “¿Por qué mira al acusado?”. “Porque yo no me considero una persona chivata”, respondió muy afectado.

También declaró un agente que explicó que Rosa Peral le pidió una furgoneta tres días después del crimen. La investigación apuntó que el vehículo sirvió para transportar un sofá donde se pudo producir el asesinato y que pudo quedar manchado de sangre. El hermano de la víctima destacó ayer la frialdad con la que reaccionó Peral a la muerte del que era su novio.