La Vanguardia

El gimnasio social Sant Pau celebra al fin su salvación

- LUIS BENVENUTY

El gimnasio social Sant Pau está ultimando un acuerdo con el Ayuntamien­to que garantizar­á su futuro. Las fundacione­s L’esperança y Agbar también están teniendo un papel clave en la operación. Los trabajador­es de esta cooperativ­a están ahora tan contentos que ya están organizand­o la fiesta que conmemorar­á su 80.º aniversari­o. Los Azucarillo Kings serán las estrellas del escenario de la sala Sidecar. Además, el Sant Pau prepara una nueva campaña para captar socios solidarios. Entre los lemas que se barajan destaca el siguiente: “Paga el gimnasio y no vengas”. Al gobierno municipal este entusiasmo se le antoja precipitad­o. Señala que aún quedan unos flecos, que el Ayuntamien­to hará pública la noticia cuando lo considere oportuno. La verdad es que los últimos meses los cooperativ­istas del Sant Pau lo pasaron muy mal.

Estamos en la ronda Sant Pau, entre el Raval y el Eixample. Y el Sant Pau no es un gimnasio cualquiera. Tiene 1.300 socios, pero de ellos más de 900 no pagan nada. Personas sin hogar, hijos de parados que no abandonan las clases, adolescent­es marroquíes sin domicilio fijo enviados por el Ayuntamien­to... Unas 90 personas se duchan aquí cada día. Este gimnasio impide que un montón de gente se pierda. Aquí siempre pudo apuntarse todo el mundo, aunque no tuviera ningún papel. Pero el pasado mayo los responsabl­es del Sant Pau anunciaron que no podían más, que bajaban la persiana de manera definitiva.

Aquella fuga de agua en el edificio de al lado que el Ayuntamien­to desatendió ocho meses les obligó a cerrar las dos saunas, la sala polivalent­e, los vestuarios para niños y los cambiadore­s para transexual­es. Las pérdidas económicas se convirtier­on en una losa que les aplastó del todo. Pero el anuncio de cierre también despertó los mejores sentimient­os de un montón de entidades del Raval. Unos y otros, en plan las últimas escenas de Qué bello es vivir, aportaron lo que pudieron. Y de este modo el Sant Pau aguantó hasta ahora, a trompicone­s, día a día.

“El acuerdo con el Ayuntamien­to nos permitirá tener viabilidad, que nuestro proyecto sea sostenible –detallan los responsabl­es de la cooperativ­a–. Lo firmaremos muy pronto. Y gracias a las entidades y las fundacione­s pudimos sanear nuestras cuentas. Además, sabemos que un privado está dispuesto a comprar el inmueble, preservar el gimnasio y hacer 30 pisos sociales, que es lo que nos prometió el Ayuntamien­to y nunca hizo, pero...”.

 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Una clase de boxeo en el gimnasio Sant Pau
LLIBERT TEIXIDÓ Una clase de boxeo en el gimnasio Sant Pau

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