¿Qué mejor celebración?
Integral Sinfonías de Beethoven
Intérpretes: Orchestre Révolutionnaire et Romantique
Dirección: John Eliot Gardiner
Lugar y fecha: Palau de la Música Catalana (9 y 10/II/2020)
Una magnífica experiencia tener delante una orquesta de tan buenos músicos, con un carácter en cierto modo experimental, ya que vientos y percusión usan instrumentos de época, al lado de una muy buena sección de cuerdas con los recursos actuales en cuanto a encordado y arcos, si bien con técnicas muy cuidadas de ejecución ya que por ejemplo el uso del vibrato es muy moderado. El maestro Gardiner ha iniciado pues este ciclo dedicado a las sinfonías de Beethoven con un programa con la Primera y oberturas y arias, y el siguiente con la Segunda op. 36 yla Heroica. Sesiones intensas aunque con diferencias por el propio carácter de la música.
En principio las arias Ah pérfido de Prometeo y Ach, brich noch nicht... y Komm, Hoffnung ,de Leonora, cantadas por la soprano Lucy Crowe con autoridad, proyección y muy bello timbre, carecieron –salvo contados momentos– de claridad de dicción, en especial la de Prometeo ,en italiano. Cierto es que Beethoven propone una escritura muy compleja para el canto, a veces sin piedad. En lo sinfónico Gardiner trabajó rasgos del drama de Prometeo en pasajes perfilados por la particularidad tímbrica, y en el caso de la obertura Leonora no logró coherencia en el discurso, sino sucesivos episodios de escasa unidad y las líneas de fuerza poco marcadas en las repeticiones temáticas.
La Sinfonía n.º 1, de alguna manera la gran culminación del espíritu de Haydn, muestra ya rasgos muy marcados del genio de Beethoven, y la orquesta se deleitó en los sforzandi y acentos varios, en los contrastes e intensidad expresiva, pero en un discurso que no alcanzó unidad.
Todo lo contrario nos llegó en el segundo programa, en el que una orquesta “abierta” y con posibilidades camerísticas mostró todo su potencial y buen trabajo. Compromiso coincidente de instrumentos y director en la intensidad expresiva, en un fraseo consistente y bien dirigido, con multitud de matices en dinámica, claridad de alternancias, mantenimiento de los vectores horizontales (esas líneas de fuerza que caracterizan el lenguaje de Beethoven), y un ejercicio rítmico impecable sin tocar el suelo, algo que no se dio tan bien en la primera sesión. Homenaje a trompas y timbal, sin llaves ni mecánica –este debe afinar constantemente–, y las trompas naturales exigen del intérprete cambiar de tubos para acceder a otra tonalidad, siempre expuestos a que el sonido se quiebre. Dicen que son los que van al cielo, ya que la tradición asegura que cuando tocan un solo en la orquesta, toda ella, y el público, rezan. Un grupo de maderas y trompetas también relevantes. Aquí reside una de las grandes innovaciones de este compositor, todos con instrumentos tal como eran en aquellos comienzos del siglo XIX.
A la claridad en los desarrollos en la Heroica, se suman la intensidad expresiva, el esfuerzo por mantener la tensión, contrastes; los detalles: el intermedio en el último movimiento con las primeras cuerdas y la apoteosis de los tramos finales que sólo se alcanza en momentos de gracia.