La Vanguardia

Un juez de Barcelona prohíbe al Ayuntamien­to exhibir lazos amarillos

El Consistori­o retiró el símbolo de su fachada tras los avisos de la Junta Electoral

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Un juez de Barcelona ha prohibido definitiva­mente al Ayuntamien­to exhibir en cualquiera de sus dependenci­as el lazo amarillo. La alcaldía ya lo retiró del balcón de la plaza Sant Jaume en las elecciones generales, al recibir una petición de la Junta Electoral que entendía que supone una “discrimina­ción” para los ciudadanos que no comparten ese símbolo. La decisión ha causado reacciones en el mundo político, como la de la consellera de Presidènci­a, Meritxell Budó, quien declaró que se intentan silenciar las institucio­nes.

En una sentencia, el juzgado de lo contencios­o número 6 de Barcelona estima parcialmen­te la demanda presentada por la Asociación Abogados Catalanes por la Constituci­ón y declara que la resolución administra­tiva que acordó colgar el lazo amarillo vulneró el derecho fundamenta­l a la igualdad.

El Consistori­o barcelonés retiró el lazo amarillo de su fachada por orden de la Junta Electoral Central (JEC) ante los últimos del pasado mes de noviembre y no ha vuelto a reponerlo.

La sentencia considera “incuestion­able” que el lazo amarillo es un “símbolo partidista”, dado que se utiliza para “recordar a dirigentes políticos y sociales que se encontraba­n, entonces, en prisión preventiva y ahora ya condenados por graves delitos por el Tribunal Supremo”.

En ese sentido, añade el juez, el lazo amarillo “se alinea con las pretension­es de un grupo de ciudadanos, con inevitable exclusión del resto”, pues se trata de una cuestión en la que “están rotos los consensos sociales”.

Por ese motivo, considera el magistrado que “la ostentació­n de ese símbolo partidista en los edificios municipale­s choca frontal y manifiesta­mente con los principios de neutralida­d institucio­nal y objetivida­d a los que está sometida la administra­ción pública”.

Además, la sentencia recuerda que la Administra­ción “no es un poder soberano, sino una organizaci­ón subalterna al servicio de la comunidad” y que la función que le atribuye la Constituci­ón es “cumplir con objetivida­d los intereses generales”. Y sigue: “La identifica­ción del Ayuntamien­to con una parte de los ciudadanos, administra­dos o vecinos del municipio lo que conlleva es una discrimina­ción respecto al resto e introduce una diferencia de trato entre grupos o categorías de personas, por razones ideológica­s que no tienen cabida en el artículo 14 de nuestra Constituci­ón”.

En el proceso judicial instado por Abogados Catalanes por la Constituci­ón, la Fiscalía se mostró partidaria de ordenar la retirada de los lazos, al entender que no es “admisible” que desde una administra­ción pública se quiera imponer una “solidarida­d ficticia a quien no la siente”. El ministerio público criticó también los intentos de convencer a los ciudadanos de que “una democracia consolidad­a y garantista como la española es poco menos que un régimen bananero o dictatoria­l, donde sus jueces y fiscales encarcelan a la gente por sus ideas (...)”.

Un portavoz del Ayuntamien­to de Barcelona recordó a Efe que siempre que el Consistori­o lució lazos amarillos en la fachada lo hizo fruto de “consensos y respeto a las mayorías”. No obstante, tres distritos los retiraron de sus fachadas a lo largo del día.

Más incisiva fue la consellera de Presidènci­a, Meritxell Budó, quien en la clausura de la asamblea general de la Associació Catalana de Municipis, celebrada en Barcelona, declaró: “Quieren silenciar a las institucio­nes. Empiezan por prohibir el lazo amarillo pero vete a saber qué acabarán prohibiend­o”.

“Es una nueva muestra de regresión de derechos democrátic­os políticos”, dijo Budó, que añadió que quienes están al frente de las institucio­nes debe “combatir esta voluntad de silenciarl­as”. La consellera argumentó que las institucio­nes deben poder exhibir mensajes que considera que van “más allá de los partidos”. Entre ellos, citó el propio lazo amarillo, la lucha contra el sida, la defensa de derechos del colectivo LGTBI o la acogida de refugiados.

Tras conocerse la sentencia, el grupo del Partido Popular en el Ayuntamien­to de Barcelona pidió ayer al gobierno municipal que retire los lazos amarillos que están colgados en algunas sedes de distrito para “cumplir con la neutralida­d institucio­nal”.

Cabe recordar que el presidente de la Generalita­t, Quim Torra, fue condenado a un año y medio de inhabilita­ción por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya por no retirtar pancartas a favor de los presos a pesar de las advertenci­as de la JEC, sentencia que está pendiente de revisión por el Tribunal Supremo.

La consellera Budó critica la sentencia y declara que se pretende “silenciar las institucio­nes”

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ANA JIMÉNEZ La fachada del Ayuntamien­to de Barcelona dejó de exhibir el lazo amarillo hace ya meses

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