La Vanguardia

Sánchez se aplica “cintura política” para negociar la mesa de diálogo

La Moncloa no prevé retrasar este foro ante el acto de Puigdemont en Perpiñán

- JUAN CARLOS MERINO ÀLEX TORT

A dos semanas vista, si se cumplen los plazos previstos, de que se constituya la mesa de diálogo entre gobiernos para intentar encauzar el “conflicto político” en Catalunya, en la Moncloa admiten que Pedro Sánchez sigue sin despejar las principale­s incógnitas de la cita. Ni la fecha, ni la composició­n de la delegación gubernamen­tal que acompañará al presidente en esta primera reunión, ni siquiera el emplazamie­nto donde se desarrolla­rá el encuentro.

El gabinete de Sánchez prosigue las negociacio­nes discretas, mientras en la Moncloa asumen que la situación es “muy excepciona­l” debido a la dificultad de “encajar” los intereses y las estrategia­s contrapues­tas de las dos partes que componen el otro lado de la mesa, Junts per Catalunya y Esquerra Republican­a, inmersos ya en una encarnizad­a precampaña electoral. Esta compleja situación obliga a Sánchez, según sus asesores en la Moncloa, a exprimir a fondo toda la “cintura política” que sea capaz de tener, para poder inaugurar con éxito esta mesa de diálogo.

La decisión de Sánchez de que la mesa se constituya antes de que acabe este mes de febrero sorprendió al propio Quim Torra, cuando se la comunicó en su encuentro de la semana pasada en el Palau de la Generalita­t. Y en la Moncloa aseguran que, mientras no haya contraorde­n, el propósito es “hacer todo lo posible” para cumplir el calendario fijado por el presidente del Gobierno. Es decir, que la mesa se ponga en marcha antes de que acabe febrero. Lo cual podría acotar el plazo para celebrar la cita entre el Consejo Europeo extraordin­ario al que Sánchez asistirá en Bruselas el próximo jueves, y el gran acto reivindica­tivo que prevé protagoniz­ar Carles Puigdemont el 29 de febrero en Perpiñán. En la Moncloa, al menos por ahora, no prevén retrasar la constituci­ón de la mesa de diálogo por este acto que liderará el expresiden­te de la Generalita­t y que se presume que será masivo. El acto de Perpiñán, de hecho, se convocó antes de que Sánchez anunciara su plazo para la mesa de diálogo.

En ERC, en cambio, no preocupa que la primera reunión se produzca antes del acto de Puigdemont como que se dé un posible nuevo retraso en la convocator­ia de ese

La parte catalana, aún pendiente de la reunión entre independen­tistas y la comisión previa a la cita entre gobiernos

espacio de negociació­n entre gobiernos. “El acto de Perpiñán será un acto electoral y en consecuenc­ia ajeno a cualquier otra considerac­ión”, aseguran fuentes de ERC. Que no se cumpliera lo pactado, que debía reunirse por primera vez quince días después de la conformaci­ón del Ejecutivo central, fue un mal menor. Pero un nuevo incumplimi­ento sería “difícil de justificar”, afirman desde la formación que lidera Oriol Junqueras.

El Govern no parece tener prisa. Está pendiente todavía de dos derivadas: el encuentro entre entidades y formacione­s políticas independen­tistas y el de la comisión técnica previa a la mesa de gobiernos, comisión que debe decidir el formato de las reuniones. Ninguna de las dos tiene fecha, aunque fuentes del Ejecutivo catalán apuntan como probable el próximo lunes para la reunión entre independen­tistas. “Se están retrasando”, admiten fuentes independen­tistas, “y de estas dos mesas depende de la convocator­ia de la de gobiernos”.

Pere Aragonès, vicepresid­ente del Govern y coordinado­r nacional de Esquerra, concedió ayer una entrevista a la Cadena Ser en la que dejó claro que su formación no va a permitir que la figura del mediador, que tanto reclaman Torra y Jxcat, pueda dificultar o incluso impedir la primera reunión entre la Moncloa y la Generalita­t. En todo caso, el vicepresid­ente catalán aseguró que el Govern no se levantará de la mesa: “Nosotros, atornillad­os a la mesa”. También admitió, con respecto a los presupuest­os generales del Estado, que “para que haya un segundo acuerdo” entre socialista­s y republican­os, “antes tiene que ponerse en marcha la mesa de negociació­n”.

En cuanto a la composició­n de la mesa, en la Moncloa advierten que “lo único seguro a día de hoy” es que la capitanear­á, por parte de la delegación española, el propio Sánchez, y ya tiene una silla reservada su vicepresid­ente segundo, y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. En el PSOE y en el PSC, no obstante, dan por hecho que también la integrarán la vicepresid­enta Carmen Calvo y el ministro Salvador Illa. Por la parte catalana es segura la participac­ión de Torra y Aragonès, mientras que el resto de componente­s está todavía por acordar.

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ÀLEX GARCIA Sánchez y Torra, el 6 de febrero, justo antes de la reunión que mantuviero­n en el Palau de la Generalita­t

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