Más sensores para controlar fugas y nubes tóxicas
Un mes después de la explosión de uno de los reactores de la empresa Iqoxe, que provocó tres muertos y siete heridos, las industrias del polígono siguen buscando la manera de suplir el abastecimiento de óxido de etileno –que producía la citada compañía– de sus derivados. Indústria y Treball gestionan los permisos de la empresa siniestrada, que ha anunciado un ERE “por fuerza mayor” pero que mantiene su intención de reemprender la actividad cuanto antes. En paralelo, y una vez analizados los problemas durante la propia gestión de la emergencia, el conseller de Interior, Miquel Buch, anunció ayer medidas para revisar a fondo los planes de actuación. Una de ellas consiste en el diseño de una red de sensores químicos entre los dos polígonos petroquímicos (el norte y el sur, donde se produjo el accidente) y los núcleos de población “para conocer de forma automática si hay riesgo por la presencia de una nube tóxica o inflamable, antes de que llegue a la población”. La actual ausencia de esta red deja en manos de las empresas una información esencial no sólo para gestionar la emergencia sino para poder proteger a la población. Otra de las medidas anunciadas ayer, “y que esperamos implementar en unas semanas”, afirmó Buch, es el traslado de la gestión del Plan de Emergencias a Tarragona, una medida que venían reclamando los alcaldes de la zona. Sin embargo, el responsable del plan seguirá siendo el conseller de Interior o el delegado del Govern. Se mantiene el peso de la estructura política por encima de la técnica.