La Vanguardia

El empate del Madrid deja al Barça a un punto

El Celta empata en el Bernabeu y el Barça se pone a un solo punto del liderato

- CARLOS NOVO

El Madrid parece abonado al sufrimient­o. El equipo de Zidane vio como el Celta le empataba a cinco minutos del final cuando remontó un partido que había jugado bastante mal en la primera parte. El empate le deja aún líder, pero a sólo un punto del Barcelona, que le recorta dos en la jornada.

Si ante la Real Sociedad en la Copa el Madrid recibió un baño durante muchos minutos, el Celta le creó dificultad­es con muy poco. El equipo de Òscar Garcia Junyent sacó petróleo de un gol tempranero en una genialidad de Aspas y luego se dedicó a poner el autobús ante Rubén, a tratar de perder el máximo de tiempo y a selecciona­r sus contragolp­es. Al final rascó un empate que le sabe a gloria.

Para el madridismo la vuelta de Hazard al terreno de juego tras tres meses lesionado resultó una buena noticia en un partido de sabor amargo. Se esperaba que tuviese minutos, pero no que saliese de entrada. El belga cumplió y aunque se le notó falto de chispa en algunas acciones dio la sensación de estar muy recuperado.

El once de Zidane resultó otra vez incomprens­ible. Da la sensación de que el técnico francés castiga al que mejor juega en el partido anterior y le da una ración de banquillo. Si en Pamplona hubo unanimidad en que el mejor del Madrid fue Isco, el malagueño ayer descansó. Bale, que lo hizo fatal en el Sadar, volvió a disfrutar de la titularida­d.

La alegría del Bernabeu se ciñó de entrada a anunciar por los altavoces que el equipo de baloncesto había ganado la Copa del Rey en Málaga. A partir de ahí y en cuanto rodó el balón en la primera parte no hubo nada más de lo que alegrarse. En ese periodo inicial en el que los equipos se asientan en el terreno de juego el Celta marcó. Iago Aspas sólo necesitó seis minutos para sacarse de la chistera un pase magistral a Smolov, que se fue de Varane en un buen movimiento y batió a Courtois de remate cruzado.

El Madrid se encontró otra vez con lo de siempre, tener que remar río arriba, contracorr­iente. Lo intentó pero enseguida se vio que le iba a costar. El balón circulaba bien hasta las inmediacio­nes del área de Rubén, pero una vez en zona de pe

Hazard volvió a jugar tres meses después a buen nivel, mientras que Bale, también titular, mereció la roja

Un gran pase de Denis Suárez permitió a Santi Mina igualar un partido en el que brilló Rafinha

ligro a los blancos se les apagaban las luces. Hazard fue de los más imaginativ­os; a Bale se le vio más luchador que de costumbre, pero al Madrid le sobraba un último pase, casi siempre poco preciso y cuando chutaba desde lejos no tenía bien ajustado el punto de mira, sobre todo Marcelo. El Celta se defendía muy ordenado, acumulaba hasta diez jugadores en el área y los blancos terminaban abusando de los centros laterales.

Ni una sola vez tuvo que intervenir Rubén en todo el primer tiempo. No fue así para Courtois, que en el minuto 43 voló para atajar un cabezazo tremendo de Aidoo que tenía toda la pinta de convertirs­e en el 0-2 y que no lo fue por la parada del belga.

La segunda parte empezó sin cambios en las alineacion­es, pero el partido fue otro enseguida. El Madrid salió mucho más determinad­o, con el cuchillo entre los dientes. A los 54 minutos marcó Ramos a pase de Hazard, pero el VAR ratificó un claro fuera de juego del sevillano y anuló el gol. Fue un aviso de lo que vendría porque en el 52 quien marcó fue Toni Kroos, que tiene en el Celta a su víctima preferida.

El Madrid entró en ebullición con el empate, vio debilidad en el rival y se tiró a por él. El gol se intuía. A los 63 minutos Rubén derribó a Hazard en el área en un balón al que parecía que el belga no llegaba. No parecía un penalti clarísimo pero el VAR dijo que sí lo era. Sergio Ramos no suele fallar en esa suerte y puso el 2-1 en el marcador.

Al Celta le quedaban veinte minutos para reaccionar y estiró líneas. Rafinha, omnipresen­te, se adueñó del juego y ni una entrada de Bale que mereció ser roja le sacó del campo. En el Madrid entró Vinícius por Hazard y el Madrid se hizo aún más vertical. A falta de 10 minutos fue el turno de Modric por Kroos. De forma incomprens­ible el Madrid se relajó y en el 85 Denis Suárez metió un pase soberbio a Santi Mina que este aprovechó para marcar el 2-2. Ya no hubo tiempo para más. El Madrid se fue a casa con una cara de frustració­n tremenda.

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CHEMA MOYA / EFE

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