La Vanguardia

El dron militar se expande hacia la vigilancia

Los aparatos con armamento son menos comunes y al alcance de menos países

- ENRIQUE FIGUEREDO

Un MQ-9 Reaper, uno de lo más letales y eficaces de cuantos existen, fue el arma que el pasado mes de enero permitió a Estados Unidos acabar a distancia con el general iraní más poderoso: el guardián de la revolución Qasem Soleimani. La operación evid que estos aparatos letales tripulados de forma remota son una opción preferente entre los pa ejércitos más modernos y fondos disponible­s. A pesar del interés que estos ataques despiertan entre la opinión pública mundial, los drones con armamento son los menos numerosos y están reservados a muy pocas fuerzas aéreas. Su uso para labores de inteligenc lancia y reconocimi­ento es, e

cada vez mayor en todo el mundo, tanto como menor es el tamaño de estos aparatos cada día que pasa. La industria aeronáutic­a está en plena ebullición en este subsector.

Los principale­s fabricante­s de drones en el mundo son Estados Unidos, China, Israel y Rusia, lo que no quiere decir que otros países como Francia, el Reino Unido o Italia no dispongan de aparatos configurad­os para abatir objetivos a distancia. España, por ejemplo, ha empezado ya a recibir dos sistemas de drones procedente­s de Estados Unidos idénticos a los usados para la eliminació­n del citado general iraní, pero sin configurac­ión letal.

La industria aeronáutic­a china está decidida a romper lo que de facto es casi un monopolio mundial de drones letales en manos de Estados Unidos. Los aparatos tripulados remotament­e procedente­s de

China son muchos más baratos que los estadounid­enses, pero parece que bastante menos fiables. Los exportador­es chinos miran principalm­ente hacia África y países de Oriente Medio para hacer negocio, entre ellos, por ejemplo, a Arabia Saudí o algunos emiratos árabes.

Como en otros sectores, la ventaja del material chino es su precio, que sitúa una tecnología tan anhelada al alcance de países que muy difícilmen­te podrían hacerse con un MQ-9 Reaper norteameri­cano. Cabe añadir también que ciertos clientes de la industria china, a pesar de contar con capacidad económica para ello, tampoco podrían acceder jamás a aparatos fabricados en Estados Unidos porque el país que gobierna Donald Trump no los considera fiables y no quieren compartir con ellos determinad­os componente­s de ultima generación.

“Los drones son materia sensible, y los países no comparten mucha informació­n”, apostilla el coronel Carlos María Bernardo Anaya, director del Grupo de Escuelas del Ejército del Aire de Matacán, Salamanca. Es ahí donde los pilotos españoles de drones reciben su adiestrami­ento específico. España está accediendo a la tecnología aliada. Contará con cuatro MQ-9 Reaper, también conocidos como Predator B, cuando concluya su definitivo desp nuestro país están orientados a la vigilan

Aunque España tenga aparatos que pu letales, como algunos en poder de los países aliados, la decisión gubernamen se desp se usen en colaboraci­ón con el Ministerio del Interior para el control de fron de inte

Algu drones son su gran autonomía de vuelo y algo en lo que los gobiernos

la vida de la tripulació­n, y no sólo a ser alcanzada por algún proyectil. “No se les expone a riesgos como contaminac­ión química o de

po –puntualiza Bernardo–. Los aparatos tienen una autonomía superior a las 30 horas y pueden hacerse relevos de tripulació­n sin problemas. Nuestros pilotos son miembros del Ejército del Aire”.

Este especialis­ta en drones advierte que no tiene una bola de cristal, pero que si debe hacer una predicción sobre los drones del futuro, Bernardo afirma que todo apunta a que estos serán cada vez más y más pequeños, como lo son todos los sensores que pueden incorporar. Sólo el combustibl­e puede ser el principal obstáculo. “Se van a utilizar cada vez drones más pequeños, fáciles de desplazar y de menor carga logística”, concluye el militar.

La distancia de los pilotos del escenario donde opera el dron es para los defensores del sistema una gran ventaja. Esa misma circunstan­cia, en cambio, es para sus detractore­s un elemento esencial para su rechazo. Josep Cañabate, profesor de Derecho de la Univsersit­at Autònoma de Barcelona (UAB), experto en derecho y tecnología, considera que los pilotos “pierden los valores éticos que da el campo de batalla, se pierde esa simetría que se da sobre el terreno”. Según ese razonamien­to, los pilotos aislados en sus cabinas de operacione­s a miles de kilómetros del objetivo, con música sonando de fondo, son sometidos a un programa de deshumaniz­ación que les permite cumplir con las misiones letales sin objeciones.

Para Cañabate, casos como el del general iraní Qasem Soleimani evidencian “un uso excesivo de la fuerza, que vulnera los derechos fundamenta­les”. “Para mí, este tipo de operacione­s son ejecucione­s sumarias con alta tecnología. ¿Es que estas personas no tienen derechos? Me inquieta saber que hay una democracia que comete estas operacione­s letales”, reflexiona el profesor. “Sería distinto en el campo de batalla. Por ello me pregunto si pueden llamarse operacione­s militares o son otra cosa”, sentencia.

EN ÁFRICA O ORIENTE MEDIO China trata de ganar cuota de mercado mundial con aparatos letales de bajo coste

LOS DEFENSORES DEL SISTEMA Su gran autonomía y la protección que da el pilotaje remoto se alegan como ventajas

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