Macron elige a una ministra como alcaldable tras el escándalo en París
La titular de Sanidad, Agnès Buzyn, deja el Gobierno para volcarse en la capital
Emmanuel Macron estaba obligado a tomar una decisión rápida y enérgica para evitar una debacle en las próximas elecciones municipales en París. Será una mujer, Agnès Buzyn, ministra de Sanidad, quien acuda al rescate del partido del presidente francés, La República en Marcha (LREM), y encabece la candidatura a la alcaldía en la capital tras la embarazosa retirada de Benjamin Griveaux, incapaz de sobrevivir a la salida a la luz de vídeos privados de contenido sexual.
Si alguien podía tratar de salvar los muebles a LREM y de remontar una campaña que ya pasaba por enormes dificultades antes del escándalo, esa persona era Buzyn, un peso fuerte en el Ejecutivo y, además, mujer. Griveaux, que había sido portavoz del Gobierno, sufrió un golpe bajo condenable y legalmente punible, pero el grotesco episodio también desnudó –literalmente– ante los electores parisinos a un personaje quizás demasiado inmaduro y sin duda muy temerario, siendo un político, a la vista de los riesgos de una conducta como la suya en la era de internet.
Buzyn, de 57 años, médica especializada en hematología y profesora universitaria, pertenece a una familia –por parte paterna y materna– de judíos polacos. Una abuela murió en Auschwitz. Durante las últimas semanas se ha ocupado de asuntos trascendentales como lidiar con la epidemia del coronavirus de Wuhan y con la reforma de las pensiones, un proyecto que depende de su ministerio.
Las altas responsabilidades de Buzyn parecían hacer difícil que fuera la escogida para sustituir a Griveaux. Finalmente se vio que era la mejor opción para enfrentarse a la actual alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo, líder en los sondeos, y a la representante de Los Republicanos (LR, derecha), Rachida Dati, exministra de Justicia de Nicolas Sarkozy.
La batalla principal, pues, se librará entre tres féminas. Por detrás están, según la intención de voto, el ecologista David Belliard y el matemático Cédric Villani, exmiembro disidente del partido de Macron.
No va a ser nada fácil para Buzyn, sin embargo, esta operación de rescate desesperada de LREM en París. La extitular de Sanidad carece de experiencia en campañas. De la noche a la mañana tendrá que estudiarse los asuntos específicos de París y asumir el grueso del programa presentado por Griveaux. No hay tiempo material para cambiar de estrategia, salvo matices. Con todo, Buzyn estuvo ayer forzada a infundir optimismo a las desmoralizadas bases y, en su primer mensaje, aseguró que se embarcaba en la aventura “para ganar”.
Desde el bando de Hidalgo, la respuesta a la candidatura de Buzyn fue agresiva. El lugarteniente y jefe de campaña de la actual alcaldesa, Emmanuel Grégoire, consideró que Buzyn comete un error grave por “abandono” de sus responsabilidades.
Aunque, formalmente, Macron está al margen, por su condición de jefe de Estado, de las decisiones internas de LREM y no ocupa ningún cargo orgánico en el partido, es obvio que interviene entre bastidores en una decisión como la de ayer. Para el presidente estas elecciones municipales revisten una importancia decisiva. Los resultados servirán para medir la fortaleza de su proyecto político después de unos años muy agitados y de fuerte contestación en la calle, y para calibrar sus posibilidades de reelección en el 2022.
París es el mayor trofeo que se disputan los partidos y no la única ciudad en la que LREM topa con serios problemas. Lo mismo ocurre en Lyon, la tercera ciudad más poblada de Francia, donde es alcalde el veterano Gérard Collomb, exministro del Interior, que esta vez aspira a presidir la entidad metropolitana. Si las elecciones europeas de mayo pasado ya demostraron la preocupante erosión del macronismo, las municipales del 15 y el 22 de marzo podrían visualizar un verdadero peligro de supervivencia.
Después del grotesco caso de los vídeos sexuales, la batalla parisina se libra ahora entre tres mujeres