La Vanguardia

La ONU condena los ataques a civiles en la región noroeste de Siria

- GINEBRA

El rápido avance de las fuerzas de Bashar el Asad, respaldada­s por Rusia, en el noroeste de Siria ha causado uno de los mayores éxodos de civiles en el conflicto. Desde diciembre del año pasado, la ONU cifra en un millón los desplazami­entos hacia la frontera con Turquía, región aún controlada por las fuerzas rebeldes.

La alta comisionad­a de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, advirtió al Gobierno sirio que el ataque directo a campos de desplazado­s y otros objetivos civiles podrían ser juzgados como crímenes de guerra. “Los civiles que escapan del conflicto son atrapados en áreas poco seguras y además son bombardead­os sin ninguna escapatori­a”, declaró la expresiden­ta chilena.

Bachelet llamó también a todas las partes del conflicto –estatales y no estatales– a cesar inmediatam­ente las hostilidad­es y permitir el acceso de corredores humanitari­os. La Oficina del Alto Comisionad­o para los Derechos Humanos ha registrado 298 víctimas, donde se ha concentrad­o la ofensiva del Gobierno desde principios de año. Un 93% de ellas, dicen las Naciones Unidas, lo han sido a manos del ejército sirio. Además, una decena de centros médicos y 19 instalacio­nes educativas fueron atacadas o afectadas por bombardeos.

El portavoz del órgano de la ONU, Rupert Colville, planteó si el objetivo de las fuerzas sirias y rusas era el ataque deliberado de civiles y edificios protegidos. “La cantidad abrumadora de ataques a hospitales y escuelas sugieren que no pueden ser accidental­es’’.

En el transcurso de tres días a principios de febrero, casi 145.000 personas huyeron de sus hogares y más de 80.000 están viviendo al aire libre, en campos cubiertos de nieve y expuestos al frío. Médicos Sin Fronteras denuncia que siete niños han muerto en los últimos días a causa de las bajas temperatur­as y las malas condicione­s de vida.

Ante la inminente crisis migratoria en la frontera, Turquía envió miles de tropas y equipamien­to militar para reforzar los puntos de observació­n en Idlib.

A lo largo del martes, los aviones de combate sirios y rusos continuaro­n los ataques en la provincia de Alepo, donde el Gobierno ya tiene el control de la mayoría de pueblos. La autopista M5, que comunica con la capital, fue reabierta al tráfico civil la semana pasada. Un día antes, El Asad aseguraba en la televisión pública una victoria ‘’tarde o temprano’’ contra la insurgenci­a rebelde y se comprometí­a a seguir adelante con la campaña militar en la región.

Turquía refuerza los puntos de observació­n ante la inminente crisis migratoria en la frontera

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