La Vanguardia

Los comunes, referente verde en Catalunya

- Salvador Milà S. MILÀ, exconselle­r de Medi Ambient i Habitatge por Iniciativa per Catalunya Verds

Ser verde y reclamarse del ecologismo está de moda. Asistimos a una cierta competenci­a para ocupar este segmento del ideario político que parece suculento, visto lo que están expresando los electores en muchos países de la Unión Europea. No es extraño, pues, que la mayoría de los partidos catalanes incorporen a su discurso conceptos como desarrollo sostenible, green new deal, emergencia climática o economía circular, aunque incurran en incoherenc­ias como decir que se deben reducir las emisiones y, al mismo tiempo, seguir apostando por más autopistas, por la ampliación de aeropuerto­s y supresión de tramos ferroviari­os de proximidad, o confiar el mantenimie­nto y la mejora del Estado de bienestar a las políticas de crecimient­o y no a las de ahorro y redistribu­ción de rentas.

Pero para ser una fuerza política ecologista no es suficiente incorporar a los programas de gobierno un capítulo que exprese buenas intencione­s para el medio ambiente, mientras que se siguen aceptando y fomentando las formas de siempre de producir y consumir los bienes y servicios con un inmoderado consumo de materiales y de energía, o bien no se hace nada para combatir la precarieda­d laboral, las desigualda­des sociales, la especulaci­ón inmobiliar­ia o la degradació­n de los servicios públicos.

La fuerza política verde que Catalunya necesita es aquella que vaya a la raíz de los problemas para abordar de forma integral y coherente una triple emergencia: la climática y energética, la social y la democrátic­a. Las tres emergencia­s están íntimament­e ligadas y se retroalime­ntan. Para combatir el cambio climático hay que cambiar la economía –las formas de producir, de repartir y consumir las rentas, los bienes y los servicios y de administra­r los recursos financiero­s– y para hacer posibles estos cambios hay que reforzar la democracia, en todas sus vertientes: participac­ión y representa­ción política, formas de organizar y ejercer el poder político, y al mismo tiempo hacer efectivas las libertades individual­es y los derechos colectivos.

Este enfoque integral y coherente, dentro del espacio político verde, se llama ecosociali­smo y se caracteriz­a por afirmar que no hay sostenibil­idad ambiental sin cohesión social y que para preservar y recuperar la calidad ambiental hay que cambiar el sistema económico y social, a la vez que señala que las responsabi­lidades para hacerlo son compartida­s, pero con un diferente grado entre sectores sociales, agentes económicos y entre territorio­s.

La fuerza política que represente este espacio no puede ser otra que Catalunya en Comú. La potenciaci­ón del nuevo marco común de acción política y presencia institucio­nal que ha significad­o Catalunya en Comú como proyecto estratégic­o con voluntad de hegemonía en el campo de la izquierda política y social debe incorporar el bagaje ideológico, programáti­co y de imagen asociado al ecosociali­smo en nuestro país y que principalm­ente –si bien no exclusivam­ente– supo acumular Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), organizaci­ón política presente en todo el territorio de Catalunya y de las que más ha aportado y aporta todavía a Catcomú en capital humano, programáti­co y organizati­vo.

La próxima asamblea nacional programáti­ca de Catcomú deberá responder con convicción y propuestas creíbles a la pregunta que muchos y muchas se plantean en el actual escenario político: ¿cuál es el referente verde-ecosociali­sta en Catalunya? La respuesta sólo puede ser esta: las ideas, las propuestas y la gente ecosociali­sta son en Catalunya en Comú y, por lo tanto, está legitimada para ser el referente catalán del Partido Verde Europeo, con natural continuida­d de ICV.

Catcomú debe incluir el bagaje ideológico, programáti­co y de imagen asociado al ecosociali­smo de ICV

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