La Vanguardia

El Atlético frustra al campeón

Los de Simeone exhiben otra vez sus mejores virtudes defensivas y ganan al Liverpool con un gol de Saúl

- CARLOS NOVO

El Atlético sorprendió al Liverpool en el Metropolit­ano y dejó al actual campeón tocado en un ejercicio muy de Simeone. El Liverpool pagó un comienzo impropio, donde en un despiste demostró una ingenuidad defensiva que no casa bien con su papel de favorito en la competició­n. Anfield decidirá, pero de momento la ventaja es colchonera.

El equipo de Simeone sólo tenía una posibilida­d y la exprimió a fondo. Se trataba de recuperar sus virtudes defensivas, ceder el balón y aprovechar la mínima ocasión que se produjera. Esta llegó muy pronto, a los cuatro minutos. En una de sus primeras aproximaci­ones al área de Alisson nadie de los reds acudió a despejar el balón, que cayó muerto a los pies de Saúl, que no perdonó. El volante ilicitano es único en estos partidos, donde siempre se las ingenia para marcar, esta vez sin necesidad de uno sus típicos golazos.

De pronto, y prácticame­nte sin haberlo buscado, el Atlético se encontró con su escenario ideal, por delante en el marcador, con un rival necesita de abrirse y volcarse a por el empate. Con Diego Costa en el banquillo y con Ángel Correa y Morata como únicos jugadores adelantado­s el cuadro colchonero se atrincheró en torno a Oblak. El partido cobró un solo sentido y la primera parte terminó con una posesión del 75 % para los de Jürgen Klopp sin que crearan una sola ocasión de verdadero peligro.

No es que el Liverpool jugara mal. Al contrario, se desplegó poderoso e intimidant­e, abriendo bien el juego por las bandas, sobre todo por el lado de Salah, que encontró una formidable réplica en el brasileño Lodi, en su mejor partido de colchonero.

El Liverpool movía bien la pelota de lado a lado, funcionaba­n sus automatism­os para darle fluidez al juego y sin embargo no encontraba rendija en el muro rojiblanco, algo que muchas veces han padecido el Real Madrid y el Barcelona en la Liga española.

Si en toda la primera parte el Liverpool se quedó en media ocasión, un remate de Salah que despejó con la cabeza Felipe, la más clara de los primeros 45 minutos, gol aparte, fue otra de los locales, una contra que llevó a Morata a plantarse ante Alisson. El portero le cerró bien el espacio y el remate del madrileño se estrelló en el cuerpo del brasileño. El final del primer tiempo terminó con polémica. Mané y Correa se habían ganado amarillas por feas acciones y ya en el añadido Mané se pudo ganar la expulsión por un golpe sobre el lateral Vrsaljko en un jugada al límite. Los jugadores rojiblanco­s pidieron la segunda amarilla, pero el árbitro polaco no la concedió y el VAR no intervino.

Mal debió ver las cosas en el descanso Klopp que optó por dejar en la caseta a Mané, poco participat­ivo en el primer tiempo, y dio salida a Origi.

También Simeone realizó un cambio, defensivo, como es natural en él y le pide su ADN. Retiró a Lemar, que no había estado mal, y puso en acción a Marcos Llorente, un jugador que ha contado poco esta temporada.

Los cambios no variaron el sino del partido pues la segunda parte comenzó como había transcurri­do casi toda la primera. El Liverpool manejaba el balón casi a placer en el centro del campo y el Atlético esperaba encogido, replegado en su campo, confiado en que fueran cayendo los minutos para buscar el momento de dar la puntilla.

Resistir así a este Liverpool se antoja misión para marcianos. El equipo d Klopp fue capaz de poner otra marcha a su juego y su presión empezó a descompone­r al Atlético, que desde muy pronto ya sólo se defendía a base de pelotazos. A los 53 minutos Salah tuvo la primera ocasión clara, un cabezazo que se le fue fuera tras un centro fantástico de Joe Gomez.

Mediado el segundo tiempo la presión red bajó porque nadie puede mantener tanta intensidad y el Atlético comenzó a respirar y a quitarse la camisa de fuerza. La señal vino en otra llegada de Morata al área de Alisson, en el 68. El de Majadahond­a recibió solo en el área y cuando lo tenía todo a favor no acertó a rematar. Empezó a cojear

EL GOLEADOR

Saúl marcó en el minuto cuatro en un despiste de la defensa de un Liverpool que dominó, sin remate

y enseguida lo cambió Simeone por el canario Vitolo.

Entró Oxlade-chamberlai­n por Salah y tuvo el gol del empate Henderson, pero de nuevo el balón se le marchó fuera. En el 76 se fue Correa y entró el guerriller­o Diego Costa, recibido por el Metropolit­ano como a uno de los viejos héroes griegos. No hubo ya nada reseñable. El Atlético viajará a Anfield con una ventaja corta pero desde ayer tiene derecho a soñar, que no es poco.

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BERNAT ARMANGUE / AP Los jugadores del Atlético celebran el gol de Saúl Ñíguez en el minuto 4

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