El escándalo Griveaux favorece a la candidata conservadora en París
La campaña de las municipales francesas, que se celebran el 15 y el 22 de marzo, está muy agitada. El primer sondeo tras el escándalo sexual que provocó la retirada del candidato de Macron a la alcaldía de París, Benjamin Griveaux, muestra que la mayor beneficiada ha sido la aspirante de Los Republicanos (LR, derecha), Rachida
Dati, que se sitúa en cabeza, con el 25% de intención de voto en la primera vuelta, por delante de la actual alcaldesa, la socialista de origen español Anne Hidalgo (23%).
Dati, exministra de Justicia de Sarkozy, de familia argelina, ya sorprendió por su fortaleza en encuestas anteriores. No parece afectarle el profundo declive de su partido a nivel nacional en los últimos años. En tercer lugar –según el último sondeo, del diario Le
Figaro– se situaría Agnès Buzyn, hasta hace pocos días ministra de Sanidad, que ha sido la solución de urgencia de La República en Marcha (LREM), el partido de Macron, para reemplazar a Griveaux. Buzyn alcanza el 17%, un punto más que el candidato caído en desgracia. El representante de Los Verdes se queda en el 14%.
Esta clasificación, sin embargo, puede alterarse en la segunda vuelta. Las cartas volverán a barajarse y habrá agregación de votos. El mismo sondeo estima que Hidalgo se impondrá en el segundo turno, con el 42% de votos, frente al 33% para Dati, si la actual alcaldesa se alía con los ecologistas, algo que se da casi por descontado.
Un nuevo incidente irrumpió, entre tanto, en la campaña, esta vez con el ministro del Interior, Christophe Castaner, como protagonista. En una entrevista radiofónica, Castaner habló de la vida privada del primer secretario socialista, Olivier Faure. El ministro reprochó los comentarios de Faure sobre el caso Griveaux. El líder socialista había dicho que los políticos, como personalidades públicas, deberían tomar todas las precauciones para no poder ser chantajeados. Castaner se tomó muy mal la recomendación de Faure. Recordó que los políticos son seres humanos, con sus debilidades, y no “superhéroes”. “Me ha sorprendido escuchar a Olivier Faure ante vuestro micrófono –afirmó el ministro–. Lo conozco bien personalmente desde hace tiempo y lo acompañé en sus separaciones y divorcios. Me asombran sus lecciones de moral”. Faure reaccionó indignado. Convocó una rueda de prensa para acusar a Castaner de haber cruzado una “línea roja” y de atentar a los principios democráticos al “intimidar” a un adversario con “insinuaciones” sobre su vida privada.