La Vanguardia

Los indultos de Trump agravan la crisis de la justicia en Estados Unidos

“Soy el máximo responsabl­e de la aplicación de la ley en el país”, dice el presidente

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Abróchense los cinturones, advertían en la Casa Blanca desde que Donald Trump salió absuelto del juicio del impeachmen­t.

Primero, descargó su furia contra los que considera sus enemigos al despedir a varios funcionari­os que testificar­on en el Congreso sobre el Ucraniagat­e. Esta semana la polémica ha llegado con su última muestra de clemencia presidenci­al. La selección de los agraciados no ha hecho sino ahondar en la crisis de confianza que padece la justicia estadounid­ense a raíz de las múltiples intervenci­ones de Trump en casos abiertos que afectan a excolabora­dores. Son, la mayoría, delincuent­es de cuello blanco cuyos casos han sido defendidos por amigos del presidente, a veces apoyados en donaciones a su partido o su reelección.

“Soy el máximo responsabl­e de la aplicación de la ley en el país”, proclamó anteanoche Trump, arrogándos­e la fórmula con la que se define al fiscal general o ministro de Justicia en Estados Unidos, supuestame­nte independie­nte de la Casa Blanca, cuando se le preguntó si va a indultar también al lobista Roger Stone, cuyo caso considera “injusto”. “Podría implicarme”, pero por ahora “he decidido no hacerlo”.

No es esa la impresión generaliza­da. Las críticas lanzadas por el presidente en Twitter a la condena propuesta por los fiscales para Stone –posteriorm­ente, en un movimiento excepciona­l, revisada por el Departamen­to de Justicia– han puesto en una situación incómoda al fiscal general, William Barr, que le ha advertido que sus tuits hacen “imposible” su trabajo. Son ya más de 2.000 los exempleado­s del Ministerio de Justicia, incluidos altos cargos de gobiernos republican­os, que acusan a Barr de politizaci­ón de la justicia y exigen su dimisión.

Trump no sólo no ha dejado de tuitear sino que, impertérri­to a las críticas, se ha embarcado en una nueva polémica con sus últimos indultos y conmutacio­nes de penas. Salvo por cuatro mujeres condenadas por delitos de drogas o fraude en el cobro de un seguro, cuyos casos encajan con el perfil de indultos que los presidente­s típicament­e firman coincidien­do con las fiestas navideñas, el resto de beneficiar­ios son ricos y famosos condenados por fraude financiero y corrupción.

La decisión más polémica ha sido la conmutació­n de la pena al exgobernad­or de Illinois Rod Blagojevic­h, demócrata, condenado por 18 cargos que incluían intentar vender el escaño vacante de Barack Obama y extorsiona­r a un hospital infantil. La decisión ha sido criticada por

La ronda de perdones beneficia en especial a delincuent­es de cuello blanco; algunos, con lazos con el mandatario

igual en Illinois por demócratas y republican­os, que lo consideran la cara pública de la corrupción

¿Cuál es su filiación política actual?, le preguntaro­n al salir de prisión. “Ahora soy un Trumpócrat­a’, respondió Blagojevic­h, que conoció a Trump cuando participó en el concurso El aprendiz VIP mientras esperaba juicio. Su esposa, Patti, ha defendido su caso incansable­mente en el plató de Fox News, comparándo­lo con la “persecució­n” judicial sufrida por Trump. El presidente utilizó este argumento al anunciar el perdón a Blagojevic­h.

Los demás casos habían sido apoyados en público o en privado por aliados como el magnate de los casinos Sheldon Adelson, donante de Trump, o el magnate mediático Rupert Murdoch, que ha defendido a Michael Milken, un donante republican­o conocido como el rey de los bonos basura que en los años 90 cumplió dos años de condena por fraude financiero y al que George W. Bush se negó a indultar. También el constructo­r tejano Paul Pogue, condenado por evasión fiscal, ha contribuid­o a campañas de políticos republican­os, mientras la empresa de su hijo contribuía con más de 200.000 dólares al fondo de reelección de Trump.

Otros presidente­s han dejado los indultos más polémicos para los días previos a irse de la Casa Blanca, no Trump. Dicen sus colaborado­res que vienen más.

 ?? KAMIL KRZACZYNSK­I / AFP ?? Rod Blagojevic­h, exgobernad­or por Illinois, en rueda de prensa junto a su mujer ayer en Chicago
KAMIL KRZACZYNSK­I / AFP Rod Blagojevic­h, exgobernad­or por Illinois, en rueda de prensa junto a su mujer ayer en Chicago

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain