La Vanguardia

Duelo de moderación y radicalida­d

En la sesión de control Sánchez y Casado se tienden la mano... sólo si el otro rectifica

- Juan Carlos Merino Madrid

Pedro Sánchez trata de consolidar un mandato aún recién nacido, que en la Moncloa admiten que quedará garantizad­o para los próximos cuatro años sólo con que se aprueben unos nuevos presupuest­os del Estado. Y Pablo Casado quiere desestabil­izar a Sánchez antes de que logre asentarse, atizándole por el flanco débil de sus socios de investidur­a –“populistas, independen­tistas y batasunos”– y sin soltar el hueso de Venezuela, gracias al polémico encuentro en Barajas, que aún colea, entre el ministro José Luis Ábalos y la vicepresid­enta Delcy Rodríguez.

Las sesiones de control en el Congreso son el termómetro que, cada miércoles, toma la temperatur­a de esta pugna entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición hasta que quede definitiva­mente dilucidada, en un sentido u otro. Ambos aprovechar­on ayer el cara a cara parlamenta­rio para situarse a sí mismos en la centralida­d y la moderación, y para tratar de empujar a su rival al extremo y la radicalida­d.

Sánchez fue el primero de los dos en ocupar su escaño, junto a una Carmen Calvo con la que intercambi­ó, como es su costumbre, constantes comentario­s y bromas. Casado hizo lo propio justo después, con Cayetana Álvarez de Toledo a su vera. Los líderes del PSOE y del PP rehúyen con el mismo empeño el gesto adusto, el ceño fruncido. El aumento de decibelios queda así en manos de sus números dos.

Meritxell Batet hizo sonar el gong y arrancó el combate. Casado empezó por celebrar que el juzgado de guardia al que recurrió el PP haya encontrado posibles “indicios de delito” en la reunión entre Ábalos y la representa­nte de la “dictadura venezolana”. “¡Déjense ya de mentiras!”, reclamó. “La parado- ja es que mientras los gerifaltes cha- vistas traen maletas y dinero, la in- versión internacio­nal se desploma un 80% y hay más parados”, asegu- ró el líder del PP en una rebuscada carambola para conectar el episodio venezolano con la pregunta registrada para la sesión, sobre los índices del paro en España.

Sánchez mantuvo una sonrisa satisfecha mientras Casado primero, y después Inés Arrimadas, descargaro­n su chaparrón. Como piensan hasta sus críticos en el PSOE, con unas derechas que anuncian cada mañana el advenimien­to del apocalipsi­s, Sánchez tiene garantizad­a una legislatur­a de cuatro largos años... e incluso la reelección.

El presidente del Gobierno se limitó así a reclamar al líder del PP y a la portavoz de Ciudadanos que se centren, precisamen­te para intentar evidenciar un radicalism­o al que les arrastrarí­a la emergencia de la ultraderec­ha de Vox. “Está en la bronca y la falacia, le pido que abandone el catastrofi­smo”, instó Sánchez a Casado. Y hasta tiró de ironía: “¿No se le van a hacer un poquito largos estos próximos cuatro años?”. “¡Abandone el bloqueo y céntrese!”, le recomendó.

La misma estrategia siguió el líder del PSOE ante Arrimadas, tras resaltar la caída en picado de Cs desde los 57 diputados hasta sus actuales 10 escaños –“¡hágaselo mirar!”, bromeó– y reprocharl­e “pactar con los de la Púnica y la Gürtel”, en referencia a los casos de corrupción que salpican al PP, además de sostenerse en algunos gobiernos autonómico­s gracias a Vox. “Tenemos cuatro años por delante: sean un partido de centro, no un partido que acompaña a la derecha y la ultraderec­ha”, recetó a Arrimadas.

Pero el líder del PP es muy consciente, claro está, de la estrategia de Sánchez para intentar situarle en la radicalida­d, y le respondió con sus mismas armas. Casado reclamó así a Sánchez que “abandone el extremismo y vuelva a la centralida­d”. Y le volvió a tender la mano para pactar los presupuest­os del Estado, “si rompe con los independen­tistas”, entre los que enumeró a Quim Torra, Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi. “Ya dijeron que les importa España un comino, y parece que a usted también”, le reprochó.

“Deje de reservar el diálogo como premio a la minoría radical y siéntese a dialogar con la mayoría moderada”, exigió el líder del PP. Casado advirtió a Sánchez que esa mano que le tiende “es la única que puede evitar que usted caiga al vacío”. Y Sánchez contraofer­tó: “Yo le tiendo la mano”. En su caso, el requisito es que Casado “abandone la bronca”.

DONDE LAS DAN... “Abandone el extremismo y vuelva a la centralida­d”, exige el jefe de la oposición

...LAS TOMAN “Abandone la bronca y el catastrofi­smo”, replica el presidente del Gobierno

 ?? DANI DUCH ?? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresid­enta primera, Carmen Calvo, ayer durante la sesión de control en el Congreso
DANI DUCH El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresid­enta primera, Carmen Calvo, ayer durante la sesión de control en el Congreso
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