La Vanguardia

El listón de Sainz

Según el 55, “mejorar los resultados del 2019 es casi imposible”

- TONI LÓPEZ JORDÀ

Más afilado en su figura ya fibrada, trabajada por su fisio Rupert Manwaring, y más veloz y shakesperi­ano en la dicción del inglés con su vida londinense ha vuelto Carlos Sainz al gran circo tras el parón invernal. Pero, sobre todo, el madrileño ha regresado repleto de confianza, instalado en la clase de los grandes, y con más respeto ganado en la parrilla.

Acabar el 2019, su mejor año en la F-1, con un 6.º puesto de la general y 96 puntos le ha convertido en uno de los notables. Por edad (25) y veteranía (102 GP) está en la gama media de la experienci­a (9.º de 20). Por galones, entre los seis primeros, el primero de los mortales, a continuaci­ón de los pilotos de los grandes equipos. El 2020, su 6.º curso, debería ser el de la consolidac­ión en la élite, en los podios de manera más habitual, después de abrir el camino en Brasil (3.º). Pero Carlos, realista, relativiza el crecimient­o que se puede esperar de él.

“Mi intención para este 2020 en cuanto a resultados es muy parecida a la del año pasado; quizás ese 6.º que conseguí arañar aprovechan­do un cambio de pilotos (en Red Bull) este año va a ser muy difícil de conseguir, mejorar los resultados del 2019 es casi imposible”, argumentab­a a La Vanguardia el madrileño.

¿Cuál es su techo, entonces? Carlos se moja con el listón, algo poco habitual en los pilotos:

“Básicament­e, mi objetivo es estar entre los 8 primeros y seguir siendo el cuarto mejor equipo. Son objetivos razonables. Pero hay que tener en cuenta a equipos que están dando pasos de gigante por ayudas externas... Pero a la afición le aseguro que voy a intentar a hacer todos los podios que pueda, y si puedo ganar, ganaré, y si puedo quedar 5.º, pues 5.º. Eso no cambia en mi intención”, comentaba.

Introducía Sainz un elemento novedoso en esta pretempora­da que se empezó a ver ayer en el primer día de tests: los equipos B tapados. Es decir, escuderías pequeñas que hacen de probadores de los grandes, y, a su vez, como el hermano menor, aprovechan todo aquello que se queda anticuado o pequeño. Es el caso de Racing Point, que mostró un bólido calcado al Mercedes W10 del 2019; o el Alpha Tauri (nueva denominaci­ón de Toro Rosso) es un calco en la parte trasera (suspension­es, caja de cambios, motor) del Red Bull actual. Esa circunstan­cia permite a los pequeños crecer más de lo esperado, y, quizás, poder alcanzar y superar a Mclaren, en la tierra media y sin equipo filial.

“Lo estamos viendo en coches muy similares a los de Mercedes y Red Bull de años anteriores, y eso hace que sea difícil para Mclaren dar grandes pasos en desarrollo; no nos debe afectar lo que hagan los demás, sólo asegurarno­s de que este año seguimos recortando la diferencia con los equipos de delante”, decía Sainz algo molesto con la competenci­a inesperada.

Se pudo comprobar en la primera tabla de cronos de los tests de pretempora­da, ayer en Montmeló: detrás de los dos Mercedes dominadore­s, con Hamilton exhibiendo su fortaleza, se coló el Racing Point de Sergio Pérez, pegado a Bottas; y detrás de Verstappen (4.º), se enganchó a una décima el torito de Kvyat, justo por delante de Sainz. He ahí la cuestión.

SUS “OBJETIVOS RAZONABLES” “Mi reto es estar en el top 8 y seguir siendo el 4.º equipo pero intentaré hacer todos los podios que pueda”

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Carlos Sainz, con el MCL35 rodando ayer en Montmeló
MANÉ ESPINOSA Carlos Sainz, con el MCL35 rodando ayer en Montmeló

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