Airbus despedirá a 630 personas en España en los próximos dos años
La compañía recorta 2.362 empleos en Europa por el mal resultado en defensa
La presentación de resultados del grupo Airbus la semana pasada en Toulouse terminó con un anuncio de su consejero delegado que inquietó a parte de la plantilla de defensa y espacio: “Estamos planteándonos un recorte de costes que permita restablecer la competitividad de esta división”, anunció Guillaume Faury, que no quiso adelantar detalles de este plan, indicando que el 19 de febrero la dirección tendría una importante reunión con el comité de empresa europeo.
Del encuentro de ayer entre directiva y representantes de los trabajadores destacó una cifra: Airbus Defence and Space quiere prescindir de aquí al año 2021 de 2.362 trabajadores. De estos, 630 trabajan en diferentes plantas españolas, país donde la división tiene especial peso, puesto que el 70% de los 13.000 trabajadores de Airbus España están asignados a esta.
Esta filial de un gigante que en el 2019 facturó 70.000 millones de euros lleva tres ejercicios seguidos en los que está muy lejos de las perspectivas previstas y contabiliza un ratio de pedidos a ingresos inferior a 1, una situación indeseada por el aplazamiento de diferentes contratos de defensa y el estancamiento del sector espacial, donde hasta hace unos años existían pocos proveedores y ahora ha aumentado notablemente la competencia, lo que ha provocado que Airbus haya perdido una importante cuota de mercado, sobre todo en el campo del lanzamiento de satélites.
El Airbus A400M, el avión de carga de ultima generación cuya planta final de ensamblaje está en el aeropuerto de Sevilla-san Pablo, es otro de los motivos de los resultados poco halagüeños de la división de defensa: los costes del programa, que han aumentado notablemente, unidos a los problemas iniciales en la cadena de suministro y a un buen número de problemas técnicos que siempre suelen llevar aparejados los aviones de nueva construcción, han afectado a la buena marcha de la división. A esto se le une la disparidad de criterios entre el fabricante y los diferentes operadores, fuerzas aéreas de varios países que exigen un mayor rendimiento y versatilidad al avión, algo que ha retrasado y encarecido su producción, a la que continuamente se han tenido que hacer aportaciones extraordinarias desde la matriz.
Otro de los productos estrella de la división, el C295, el avión táctico y de carga de diseño netamente español heredado de tiempos de la empresa Construcciones Aeronáuticas, empresa ahora integrada en Airbus, tampoco ha tenido el éxito comercial de los últimos años y un importante contrato con el Gobierno indio se está dilatando más de la cuenta, lo que ha roto unas previsiones que sobre el papel iban a enlazar un excelente contrato cerrado con el Gobierno de Canadá con este nuevo en Asia. Los tiras y aflojas en los despachos de Nueva Delhi han dado de lleno al día a día de una planta de fabricación de aviones en la capital de Andalucía, a 7.500 kilómetros de distancia.
Con todo lo anterior, los planes presentados ayer a los representantes de los empleados prevén la reducción de 2.362 puestos de trabajo hasta finales de 2021. El país más afectado será Alemania, con 829 despidos, seguido de España con 630. En Francia sumarán 404; 357 serán trabajadores del Reino Unido; y 142 serán de otros países. Según un comunicado, estas medidas vendrán acompañadas de un programa intensivo de rentabilidad y
El país más afectado es Alemania, donde el ajuste comportará el despido de 829 trabajadores
de otras acciones destinadas a incrementar la competitividad a largo plazo y a salvaguardar el posicionamiento futuro de la división.
En una carta enviada a todos los empleados de la división, Dirk Hoke, su máximo ejecutivo, intentaba dar tranquilidad a la plantilla, indicando que la empresa ya había pasado por situaciones complicadas anteriormente y siempre se ha salido de ellas de una manera “respetuosa y responsable”, recordando luego nuevos proyectos como el futuro sistema europeo de combate aéreo o los eurodrones. Este “paso atrás para coger nuevo impulso” que se anuncia desde la dirección no se ve igual desde unos sindicatos que ya preparan paros en algunas plantas de Andalucía.