Tres años de prisión para Stone por mentir para “encubrir” al presidente
La larga carrera del consultor político Roger Stone, un lobbista republicano que lleva desde los tiempos del Watergate jactándose del éxito de sus sucios trucos políticos, acabó ayer en un tribunal federal de Washington, donde fue sentenciado a tres años y cuatro meses de prisión por tres delitos que incluyen los de obstrucción a la justicia y manipulación de testigos. ¿Seguro? La última palabra la tendrá el presidente Donald Trump, que ya antes de que se conociera la sentencia se quejó de la “injusta” persecución sufrida por su exasesor y amigo y sugirió que podría indultarlo.
A Stone “no se le ha juzgado para dar a nadie una ventaja política”, recalcó al anunciar la sentencia la juez Amy Berman Jackson, objeto de ataques en Twitter por parte del presidente. “No se le ha juzgado, como algunos han asegurado, por defender al presidente. Se le ha juzgado por encubrir al presidente”, insistió la juez, que pidió explicaciones a la fiscalía por sus cambios de parecer sobre el caso, una situación “sin precedentes”.
El acusado, dijo, “es muy aficionado a los juegos psicológicos”, un provocador, vino a decir. Pero nada de lo aquí juzgado “era una broma”, advirtió. “Su conducta demostró una vergonzosa falta de respeto hacia las instituciones del gobierno, incluido el Congreso y este tribunal”, le reprochó. “La verdad aún existe. La verdad aún importa”, aseveró la magistrada. Si las “mentiras” de Stone no fueran castigadas “no sería una victoria para un partido u otro, sería una derrota para otros”, señaló, abordando sin tapujos la politización del caso.
Stone había sido previamente declarado culpable por obstruir la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre los lazos entre la campaña de Trump, Wikileaks y Rusia, violar la orden de silencio dictada por la jueza y presionar a un testigo para que guardara silencio, bajo amenaza de matar a su perro.
La sentencia dictada ayer es significativa (40 meses de prisión y una multa de 20.000 dólares) pero inferior a los entre siete y nueve años que habían recomendado los fiscales del caso, que dimitieron cuando el Departamento de Justicia intervino para corregirles y defender que la pena no debería ser tan dura. Jackson explicó que valoró todas las opciones y concluyó que, de haber seguido las directrices, como hicieron los primeros fiscales del caso, la condena resultante “habría sido mucho mayor de lo necesario”.
Anoche, Trump mostró una inesperada contención y anunció que no iba a usar por ahora sus poderes presidenciales con Stone. “Creo que tiene muchas posibilidades de ser exonerado”, añadió.