PABLO PUYOL da un paso adelante
El actor sustituye a Banderas en el musical ‘A chorus line’
Pablo Puyol era un adolescente de 20 años cuando llegó a Madrid procedente de su ciudad natal, Málaga, en busca de una oportunidad en el mundo de la interpretación. A pesar de que empezó a estudiar biología, finalmente dio un vuelco a su camino profesional convencido de que su sitio estaba en el mundo del espectáculo y la jugada no le salió mal ya que, tras unos meses en la capital, donde estuvo trabajando como camarero, reponedor e incluso de gogó, le llegó la oportunidad de formar parte del elenco del musical Grease. Aunque el impulso mediático le llegaría años más tarde con su participación en la serie Un paso adelante y la posterior formación del grupo UPA Dance, el actor de 44 años no se dejó arrastrar por la fama del momento y siguió trabajando, aunque sin querer entrar en ningún círculo vicioso. “En según qué situaciones, y más siendo joven, es muy fácil que se te vaya la cabeza. Por suerte, yo no caí en eso porque siempre he estado rodeado de una familia maravillosa y unos amigos brutales”, confiesa Puyol en un encuentro con La Vanguardia.
El actor es de nuevo protagonista gracias a su participación en el musical producido por Antonio Banderas A chorus line, una adaptación del clásico de Broadway que Michael Bennet estrenó en 1975 y que ha sido el primer proyecto del teatro del Soho Caixabank que el actor regenta en Málaga. Banderas interpretó el papel protagonista (Zach) durante su estancia en su ciudad natal, pero para la gira del musical que empezó hace dos semanas en Bilbao y aterriza hoy en el teatro Tívoli de Barcelona eligió a Puyol para suplantarle. “Cuando me presenté al casting, al que acudieron más de 1.800 personas, yo ya le dije a Antonio que mi idea era suplirle
SU GRAN RECLAMO “Banderas merece mucho más de lo que le ha dado este país”, asegura el intérprete
FÓRMULA PARA DESCONECTAR Puyol, de 44 años, es vegano y tiene su residencia en Málaga en medio del bosque
en la obra cuando él no pudiera estar”, confiesa un Puyol que empezó haciendo en Málaga otro personaje pero que, finalmente, da un paso adelante durante la gira.
“Antonio es una persona muy generosa y da gusto trabajar con él porque siempre tiene una palabra positiva para todo”, sostiene Puyol, quien no escatima palabras para alabar a su mentor: “Banderas merece mucho más de lo que le ha dado este país. Creo que en España llevamos muy mal que alguien nuestro triunfe mucho”. Pablo Puyol lo hace ahora con un papel exigente en un musical donde se baila mucho, cuando él llevaba 15 años sin hacerlo a nivel profesional. “Me considero un actor y cantante que baila porque la vida siempre me ha puesto a bailar muchas veces, pero al principio no me sentía preparado”, asegura. Con esfuerzo y sufrimiento se demostró que lo podía hacer, aunque no es lo único que le ha puesto a tono: “Cuando firmas un contrato para estar en A
chorus line hay una cláusula que indica que estás obligado a hacer durante una hora una serie de ejercicios duros todos los días que hay función”, explica un Puyol que asegura que con ellos se basta para estar en forma.
El actor, que se ha hecho vegano y tiene su residencia principal en Málaga en medio del bosque, admite que, a pesar de la imagen seria que se ha podido forjar de su figura, se siente muy cómodo haciendo comedia. Como el resto del reparto, cada día espera con más o menos ansiedad que alguien les de la noticia de que el musical se interpretará en Broadway, una opción que parece cada vez más cercana y con la que sueñan todos. Incluido el propio Antonio Banderas.