Rocío Carrasco fue víctima de su hija
Una sentencia desvela que Rocío Flores agredió a su madre en el 2012
Algo muy gordo debe ocurrir para que una madre y su hija no se hablen durante años. Es el caso de Rocío Carrasco y su hija, Rocío Flores, que ayer se estrenó como concursante en Supervivientes. La mala relación entre ambas se remonta al año 2012. Desde entonces, la joven de 23 años, fruto de la relación que la hija de Rocío Jurado tuvo con el ex guardia civil Antonio David Flores, nunca ha hablado bien de su madre y siempre se ha alineado con su padre. Ahora, Vanitatis ha sacado a la luz una sentencia judicial que relata qué sucedió entre ellas.
Es 27 de julio del 2012. Son las ocho de la mañana en la casa donde Rocío Carrasco vive con sus hijos, Rocío y David, de 15 y 13 años, y su compañero, Fidel Albiac. En la cocina coinciden desayunando madre e hija. La disputa se origina por una nectarina (tal y como se narra en la sentencia judicial), para continuar con gritos y golpes. La sentencia del juzgado de menores número 4 de Madrid recoge textualmente que la menor propinó a su progenitora “varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo, para posteriormente seguir golpeándola, dándole varias patadas. Como consecuencia de los hechos, Rocío Carrasco sufrió policontusiones con equimosis en la región frontal derecha, con edema en ambas muñecas, en muslo derecho, en el antepié derecho y un hematoma en el segundo dedo del pie derecho, para cuya curación únicamente precisó de una primera asistencia facultativa y de las que tardó en sanar ocho días”.
Rocío Carrasco trata de impedir que la adolescente huya de casa, pero no lo consigue. La joven sale corriendo y llega al vehículo del chófer. Está muy nerviosa. Le dice al conductor que su madre está tendida en el suelo y le pide que le lleve al cuartel de la Guardia Civil. El chófer se niega. Horas más tarde, su padre, Antonio David Flores lleva a su hija ante la Benemérita, donde declara contra su madre, a la que atribuyó un supuesto delito de malos tratos. Fue la hija la que denunció a su madre. Las cosas se ponían feas. Se abría entonces una causa por lo penal que acabaría revelando que la denunciada era en realidad la víctima.
Este suceso fue la gota que colmó el vaso puesto que la situación venía siendo insostenible. Rocío Flores se llevaba mal con su madre y la presencia de Fidel Albiac sólo empeoraba la situación. En el otro lado estaba Antonio David, que se divorció de la hija de la Jurado en el 2001 y acogió a su hija cuando se fue de su casa materna. En el 2013 decidió dar un paso al frente e interpuso una demanda para reclamar ante la justicia la guarda y custodia en exclusiva de su primogénita.
En todo este tiempo, Rocío Carrasco, que ahora tiene 42 años, se ha mantenido en silencio. En el 2016 interpuso una demanda por malos tratos psicológicos continuados y de quebrantamientos de los derechos de la custodia sobre los hijos contra su exmarido. Años después estas acusaciones fueron desestimadas ya que la Audiencia Provincial de Madrid no vio “indicios de delito”. Esto unió aún más a padre e hija en su cruzada contra Rocío Carrasco.
La resolución recoge que la menor “le propinó varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo”