La Vanguardia

Una exposición explora el destino de las nueve estatuas ecuestres de Franco

La Tecla Sala, de l’hospitalet, analiza las desventura­s de los monumentos del Caudillo

- JOSEP PLAYÀ MASET

El 20 de diciembre de 1973 el almirante Luis Carrero Blanco tenía previsto acudir al taller de Juan de Ávalos para ver como tenía la estatua ecuestre que le había encargado para regalársel­a a Francisco Franco. Pero un coche bomba colocado por ETA cuando salía de misa en la calle Claudio Coello de Madrid truncó ese propósito. La estatua, cuyo destino era el Valle de los Caídos, acabó en el almacén de Patrimonio de La Granja de San Ildefonso (Segovia).

Esta historia se explica en Fantasma’77. Iconoclàst­ia espanyola, exposición abierta ayer en el Centre d’art Tecla Sala de l’hospitalet, donde permanecer­á hasta el 12 de abril, para viajar posteriorm­ente a Granollers, València y Palma de Mallorca. Comisariad­a por Jorge Luis Marzo, Matteo Guidi y Rebecca Mutell, la muestra explora la imagen monumental de Franco, a través de las nueve estatuas ecuestres conocidas, y explica sólo con fotos y vídeos (y en un catálogo) lo que sucedió con ellas tras la llegada de la democracia. Se estudian los fenómenos de iconodulia (veneración) e iconoclast­ia (destrucció­n de iconos) tras la muerte del dictador.

La primera estatua ecuestre del Caudillo se emplazó a la entrada del instituto Ramiro de Maeztu de Madrid.

La última en colocarse fue en Melilla en 1978 y la primera en retirarse, en València, en 1983, entre fuertes protestas

En 1987 se trasladó a la Academia de Infantería de Toledo y en el 2010 entró en los almacenes del ejército. La última se instaló en Melilla, en el cuartel Millán Astray, sede de la Legión. Hacía tres años que Franco había muerto y se había dictado ya una ley de amnistía. En el 2009, el entonces presidente del gobierno de Melilla, Juan José Imbroda, rechazó el debate sobre su posible retirada señalando que estaba dedicada no al Generalísi­mo sino al “comandante Francisco Franco, héroe de las campañas de África y liberador de Melilla”. Un año después se trasladaba a la sede de la fundación privada Gaselec.

La mayoría de estas estatuas fueron retiradas discretame­nte o de noche. La de València, colocada en la plaza del Caudillo en 1964, fue la primera en ser retirada en 1983, con un fuerte despliegue de “grises”, con los operarios tapados con pasamontañ­as para no ser identifica­dos por los manifestan­te que protestaba­n brazo en alto. La del castillo de Montjuïc de Barcelona, instalada en 1963, pasó al museo militar en 1986 y a un almacén en el 2008. Cuando hace tres años se trasladó a una exposición en el Born, otros manifestan­tes antifascis­tas la derribaron y destrozaro­n. Se trasladó a un almacén del Museu d’història de Barcelona en la Zona Franca. Los organizado­res de la exposición de Tecla Sala querían mostrarla pero está inmoviliza­da por una demanda judicial. El fantasma sigue vivo.

 ?? © JOSE ALEIXANDRE / JOSE ALEIXANDRE ?? La estatua retirada de la plaza del Caudillo de València en 1983
© JOSE ALEIXANDRE / JOSE ALEIXANDRE La estatua retirada de la plaza del Caudillo de València en 1983

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain