Boda neoyorquina de Lita y Federico
El casamiento de Lita Cabellut con Federico García Lorca se celebró en Manhattan y fue una ceremonia de guante blanco.
“Esto no es un libro, es un corazón palpitante”, afirma Cabellut. Y este es un órgano delicado. Por esto, a cada uno de los asistentes se les entrega una par de guantes blancos, para palpar y no dañar el prodigio surgido en el matrimonio de lo real y lo eterno entre la artista y el poeta.
Este corazón lleva por nombre Bodas de Sangre ,o Blood wedding, una edición de lujo (4.500 euros) del sello editorial Artika, que combina el drama universal que escribió Lorca, con 31 láminas de Cabellut, una colaboración de cuatro años.
Tanta intimidad le ha permitido a ella establecer unas profundas raíces con su compañero de páginas. “En todo este proceso de acercarse a un gran espíritu como el de Lorca, hemos conseguido que, en forma de papel, de cartón y de color, esto se convierta en un soporte para contener toda esa emoción y devoción”, remarca, a la espera del inicio del festejo en La Nacional, lugar en el que residió el granadino una temporada en 1929, y una de las pocas reminiscencias que perdura del Little Spain en la calle 14.
“Es admiración y también es esa complicidad que Lorca nos tendió con Bodas de Sangre, que no es una simple obra de teatro”, prosigue. “Si te das cuenta –analiza–, en su texto nadie tie
ne nombre, excepto un personaje, Leonardo, y en su mayoría son mujeres, las madres, las hermanas, las novias, y nos dice lo que es la sociedad, porque es una cuestión actual. No tienen nombre porque representan el gran espectro del problema de las prisiones sociales”.
Y ella misma se pregunta: “¿De qué no está hablando Lorca? Nos está hablando del derecho del individuo a la libertad y que la conciencia colectiva sólo la podemos lograr con educación, una formación que muchos no pueden alcanzar y se produce una deshumanización que Lorca pone ante un espejo de aumento. La brutalidad, lo grotesco de la pasión y, al mismo tiempo, transforma todo el amor en belleza”.
Durante el enlace se describe a esta mujer que nació en la localidad oscense de Sariñena, que de niña recorrió las calles de Barcelona, mientras su madre se dedicaba a la prostitución, “una niña gitana a la que adoptó una familia de clase media barcelonesa y que le dio la oportunidad de cambiar su vida”, según el crítico Robert C. Morgan, que se encarga de presentar a Cabellut, hoy instalada en La Haya. “Conocí su obra –explica Morgan– por la llamada de un galerista de Madrid y me sorprendió la originalidad del trabajo, muy diferente de lo que veía en Nueva York. Aquí hay artistas internaciones pero parece haber una conformidad que, por una razón comercial las galerías han aceptado. Pero eso no era Lita, que no se conforma con nada y que no estaba implicada en esa tendencia”.
Artika (del grupo Planeta) consideró que era la creadora ideal para continuar una lista iniciada con Dalí ilustrando El
Quijote. Como ejemplo, hasta aquí han traído las obras realizadas por Miquel Barceló o Jaume Plensa. El de Lita es el libro número 26 impreso en 17 años por este sello, indica su director global Marc Buil. La edición de Bodas de Sangre consta de 1.998 ejemplares. También hay una edición del volumen denominado Estudio en el que se explora la carrera de la artista. Contiene las 90 piezas que desarrolló y de las que ella seleccionó las 31 que aparecen con el texto del andaluz.
Como inconformista, Cabellut aceptó el reto, aunque sabía del riesgo que suponía. “Fue como si me pidieran ir al sol y traer un pedazo, sabiendo que, si iba, corría el peligro de desaparecer”, recalca.
Que no se quemó resulta más que evidente, aunque ella asegura que la experiencia la ha transformado. Incluso dice que ha “roto” sus cuadros. “Para llegar a la esencia –aclara– hay que romperse. Creo que Lorca se moría cuatro veces al día para volver a revivir. Esto es lo que me ha enseñado, esa capacidad de romperse y reconstruirse”.
Llega la hora de las fotos en esta noche del miércoles. Magda, una de las hermanas adoptivas, posa con Lita, junto a su creación, y proclama: “No van a encontrar nada como tú”.
Lita Cabellut presenta en Nueva York el Bodas de
Sangre de Lorca que ha ilustrado