El retorno de un maestro
Domino
Dirección: Brian De Palma
Int.: Nikolaj Coster-waldau, Carice Van Houten, Guy Pearce Prod.: Dinamarca, Francia, Italia, Bélgica y Países Bajos, 2019. 89 min. Thriller.
No estamos ante ninguna obra maestra de un cineasta que tiene varias en su privilegiada y abultada filmografía, pero es una película que combina hábilmente cine de acción y apuntes sobre la inquietante realidad que parece rodearnos en estos tiempos de desenfreno terrorista, sin olvidarse del suspense de su idolatrado Hitchcock. A punto de acceder a la condición de octogenario, Brian De Palma reaparece tras siete años de ausencia, habiendo sorteado toda clase de escollos para poder afrontar el coste de producción. Los viejos maestros nunca mueren, pero son ignorados. Vuelve con inusitado brío, pisando un terreno creativo y argumental muy conocido por él. Como dijo refiriéndose a su película Corazones de hierro (1989), protagonizada por Sean Penn y Michael J. Fox: “Siento especial predilección por los personajes que han vendido su alma al diablo, porque ninguno tenemos las manos del todo limpias”.
Lo que en principio parece un pequeño thriller ambientado en Copenhague, con dos policías un poco separados por la edad pero que comparten trabajo y amistad (ellos lo explican así: “Compartimos el gusto por dos cosas: el alcohol y la labor policial, que son muy compatibles”), la investigación de un crimen llevará al descubrimiento de los planes internacionales de una organización terrorista islámica y a que la acción pase por Bruselas, Amsterdam y finalmente Almería, de un modo algo irregular en alguna ocasión, aunque el indiscutible talento de Brian De Palma prevalece a pesar de los obstáculos que fue encontrando a su paso. Y debió sortear bastantes para poder realizar una película en la que los nada generosos productores le impidieron participar en su montaje final. Aunque puede ser denostada por algún sector de la crítica, lo cierto es que Domino proporciona al espectador un cine de acción y suspense filmado con inteligencia. Todo parece indicar que estamos ante el adiós de un gran cineasta al que los productores infravaloran en estos tiempos en que solamente parece reinar la inmediatez.