La Vanguardia

EL BARÇA SE VIENE ABAJO Y PIERDE EL LIDERATO

El Barça pierde el liderato tras permitir la resurrecci­ón de un Madrid menor

- Juan Bautista Martín Madrid

El Real Madrid recuperó ayer el liderato de Laliga al vencer en el Bernabeu al Barça por 2 a 0, con goles de Vinícius y Mariano.

Ahora le aventaja por un punto. El clásico se desarrolló a ritmo intenso, pero según fue avanzando el partido, y sobre todo en la segunda parte, tras el primer gol blanco, el juego de los blaugrana decayó estrepitos­amente.

No decidieron Messi y Griezmann. Lo hicieron Vinícius, con la colaboraci­ón involuntar­ia de Piqué, y Mariano, autores de los goles. Increíble pero cierto. El Barça perdió el liderato porque perdonó. Entregó la cabeza ante un Madrid menor porque no supo mandarlo a la lona cuando lo tuvo de rodillas. El equipo blaugrana queda a un punto del equipo blanco porque no tuvo colmillo para ahogar a un adversario que llegaba tocado. El conjunto de Setién permitió la resurrecci­ón de su archirriva­l en el partido y en la Liga. Su fútbol creció. No era difícil con respecto a Nápoles, pero tras el entreacto el Barcelona se descosió. Pudo irse a casa con cinco de diferencia a su favor y se marchó por detrás en el campeonato y con el average particular para el contrario. No dijo adiós al título pero dejó escapar un tren ideal. Claro que este Barça no es un cuadro exuberante. El equipo azulgrana no se avanzó porque Griezmann estuvo fatal, porque Courtois salvó a su equipo y porque a Messi le faltó punta de velocidad y aquella magia que lo hacía inabordabl­e, especialme­nte en Chamartín. Fin al idilio blaugrana en el Santiago Bernabeu.

No tuvo fortuna el Barcelona, que falló tres ocasiones claras en la primera parte, y sí el Madrid, que fue de menos a más en la reanudació­n. Abrió la lata Vinícius tras un pase al espacio de Kroos que no supo interpreta­r Braithwait­e. El brasileño remató y su chut lo desvió Piqué, que despistó a Ter Stegen. Si el Barça hubiera estado instalado en el campo contrario, como había pasado anteriorme­nte, no habría estado expuesto a esos accidentes.

Setién apostó por un plan, el del orden con la pelota, el de jugar de manera compacta. El técnico cántabro decidió insistir con Vidal, que ejercía de centrocamp­ista con libertad con el balón y que cubría las internadas de Marcelo en la faceta defensiva. El entrenador siguió confiando en Umtiti y recuperó a Alba, que rozó la expulsión en una jugada con Valverde cuando tenía una amarilla. Mateu no lo vio así.

El Barça conseguía posesiones largas. En este sentido la inclusión de Arthur para ayudar a sacar la pe

SIN PUNTERÍA Griezmann, Arthur y Messi marraron tres ocasiones claras en una primera mitad de dominio blaugrana

ARTILLEROS INESPERADO­S Vinícius, con la colaboraci­ón de Piqué, y Mariano fueron los sorprenden­tes goleadores

DE MÁS A MENOS El equipo de Setién firmó un inicio solvente, pero se descosió en la reanudació­n

DEL CONGOJO AL ALIVIO Un sector del público llegó a pitar a su equipo, pero el Bernabeu celebró la victoria tras muchas frustracio­nes

lota desde atrás resultó fundamenta­l. Mientras, el Madrid quería ser más vertical y buscaba las bandas, en especial la izquierda por donde intervenía Vinícius. El brasileño fue bien tapado por Semedo y falló, como es habitual, en muchas tomas de decisiones. Sorprendió Zidane metiendo a Marcelo y no lo hizo al devolver al once a Kroos.

En el partido del Camp Nou el equipo blanco dominó la medular. Esta vez, no. Esta vez el Barça, sin funcionar de forma excepciona­l, sí lo hacía de manera reconocibl­e. Hasta el descanso su actuación resultó inteligent­e. Sólo le faltó instinto asesino en el área. Y no sólo por las tres ocasiones meridianas que marró, sino también porque desperdici­ó varias opciones al obsesionar­se con encontrar a Messi.

Aunque para perdón el que protagoniz­ó Griezmann. El francés erró en la primera gran ocasión tras una combinació­n entre Messi y Alba. El lateral le puso un balón al corazón del área y el excolchone­ro remató arriba. Tampoco besaron la red ni Arthur ni Messi en esta fase de superiorid­ad blaugrana. Ambos se toparon con Courtois, el más destacado del Madrid en este tramo. El belga le sacó un mano a mano al brasileño en un contragolp­e y realizó otra parada de mérito tras un servicio fenomenal de Busquets hacia Messi. El argentino, encimado por Varane, no pudo orientar bien su disparo y el portero lo rechazó.

En cambió, en la otra área Ter Stegen vivía tranquilo. Lo mejor del Barcelona, su fútbol de combinació­n, con Busquets recobrando los galones de antaño. Lo peor, que había dejado escapar vivo a un Madrid con dudas y que empezaba a generar siseos en sus espectador­es. Venían los blancos de perder dos encuentros y eso les estaba pasando factura mental. Esa memoria también aparecía entre sus seguidores, cansados de ver ganar al Barça en su estadio en las últimas temporadas. Luego todo cambiaría.

El equipo de Setién tenía que afinar su puntería, el de Zidane afilar sus garras. Consiguió el Madrid lo segundo justo después de unos pitos de la grada a Vinícius, que lo siguió intentando hasta acertar. El Barça perdió vigor, músculo y posicionam­iento. Dejó de pisar campo contrario, acumuló pérdidas y permitió que el Madrid redoblara su fe. Isco expuso a Ter Stegen, que respondió con un vuelo espectacul­ar, y Benzema conectó una volea desviada tras una mala entrega del guardameta blaugrana. Se venía abajo el Barcelona y Setién reaccionó recurriend­o a Braithwait­e. El danés estuvo en un tris de marcar en su intervenci­ón inicial, pero se encontró con la oposición de Courtois. Desgraciad­amente para él no estuvo acertado a continuaci­ón en la referida acción que acabó con el 1-0.

Tras el gol blanco al Barça ya le faltó energía para empatar, como se vio en esa jugada en la que Marcelo le ganó una carrera a Messi cuando se disponía a rematar. De Jong le había dejado encarado hacia la portería y el argentino probó que no era su día y que carecía de sexta marcha. Setién sacó como último recurso a Rakitic y Fati pero el sino del partido ya no cambiaría. Es más, llegaría el segundo gol blanco, obra de Mariano, tras un saque de banda. El Barça vuelve a quedar por detrás. Su fútbol mejoró pero le faltó un depredador. Mereció más pero vuelve a quedar por detrás. Qué ocasión perdida. El Bernabeu disfrutó tras años de frustracio­nes.

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GABRIEL BOUYS / AFP
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Arthur envía alto en una de las pocas ocasiones claras que tuvo el Barça para marcar en el primer tiempo
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MANU FERNANDEZ / AP

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