La Vanguardia

Esquerra guarda las distancias con el expresiden­t y se reafirma en el diálogo

Los republican­os replican que la negociació­n es compatible con la movilizaci­ón

- ÀLEX TORT

Si no fuera porque en Perpiñán el foco de atención estaba centrado en la figura de Carles Puigdemont, Clara Ponsatí se habría ganado buena parte de los titulares. El expresiden­te de la Generalita­t fue el más aplaudido por su presencia, pero en el acto organizado por el Consell per la República el sábado la exconselle­ra de Ensenyamen­t reventó el aplaudímet­ro por su discurso contrario a la mesa de negociació­n con el Gobierno. Toda una corrección a la estrategia de ERC a la que los republican­os han hecho oídos sordos. El partido que lidera Oriol Junqueras no piensa renunciar al diálogo porque ve una “oportunida­d”.

La hoja de ruta que los republican­os aprobaron en diciembre no rechaza la unilateral­idad. A pesar de ser la última de tres vías para alcanzar la independen­cia, no se descarta “cualquier camino pacífico y democrátic­o”, en referencia a la unilateral­idad. Pero pondera un diálogo con Pedro Sánchez que Junqueras ya avisó entonces de que no se tenía que detener “en ningún caso”.

Este fin de semana fue la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, quien recordó la estrategia del diálogo. Lo hizo respondien­do al sonoro “no nos dejemos engatusar por futuras fotos de mesas y diálogos pufo” de Ponsatí.

“No vamos a que nos tomen el pelo”, replicó Vilalta en una entrevista con TV3 a la vez que afirmaba que respeta todas las opiniones. La formación republican­a ha reiterado varias veces que afronta la negociació­n con el Gobierno del PSOE con “escepticis­mo” e incluso ha llegado a reconocer que probableme­nte no dé frutos. Pero creen que la vía negociador­a es una vía inédita por explorar y que es compatible con la movilizaci­ón que reclamaron Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí.

“Creemos que es nuestra responsabi­lidad. Ahora que les tenemos sentados a esta mesa de negociació­n, usemos esta mesa para resolver el conflicto”, explicó la portavoz de Esquerra.

Con todo, fuentes del partido critican el “papel de Ponsatí", pero evitan reproches a Puigdemont. Echan de menos referencia­s al diálogo, mientras hacen notar que “no tiene ningún sentido enviar a los suyos [Jordi Puigneró, Elsa Artadi y Josep Rius] a la mesa para después pasarla por alto”. Además, en las filas republican­as no entienden el posicionam­iento del expresiden­te, que con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, se pusieron de acuerdo para dejar atrás “trabas” –el mediador– que dificultab­an el inicio de la mesa de negociació­n.

El pensamient­o de ERC es parecido al de los comunes. Ayer Joan Mena, portavoz de Catalunya en Comú Podem, reclamó a Puigdemont que aclarara si está alineado “con el diálogo o con los enemigos del diálogo”. “No se puede estar con un pie en la mesa de negociació­n y otro haciendo la zancadilla”, expresó muy gráficamen­te Mena.

El portavoz de los comunes, como Esquerra, considera la mesa de negociació­n “una oportunida­d” y criticó a Ponsatí sin ambages: “El único engaño es insistir en vías que se han demostrado agotadas”.

Sea como sea, queda claro que las estrategia­s de Junts per Catalunya y Esquerra difieren. La ruptura en el Govern y la constante controvers­ia entre los dos puede beneficiar electoralm­ente a la CUP. Los anticapita­listas así lo entienden y ayer aprobaron, tras un consejo político extraordin­ario, ir a las elecciones con el objetivo de “aglutinar el descontent­o” con respecto a los partidos del Govern.

A pesar de estar anunciadas las elecciones, pero no convocadas, los cuperos ya han elaborado su propuesta programáti­ca. Edgar Fernández, portavoz del secretaria­do nacional de la CUP, explicó que se ha optado por “volver a poner sobre la mesa el objetivo de un nuevo momento de ruptura con el Estado”. “Un nuevo embate de desobedien­cia institucio­nal y colectiva vinculando la conquista de derechos sociales y democrátic­os con el ejercicio efectivo del derecho a la autodeterm­inación”, añadió Fernández con palabras que recuerdan a las pronunciad­as por Ponsatí, pero sin aclarar si este embate tiene que ser un nuevo referéndum unilateral.

Como ella, la CUP también asestó un bofetón a Esquerra Republican­a y a la mesa de diálogo con el Gobierno. Fernández aseguró que la autodeterm­inación “no es negociable” y afirmó que “se negocian las condicione­s con que se aplican los derechos, pero en ningún caso se negocian los derechos”.

No obstante, a Junts per Catalunya también le tocó recibir. Los cuperos afirmaron, como ya habían hecho el viernes, que el de Perpiñán fue un “acto electoral” de los posconverg­entes.

La CUP aprueba su programa electoral y apuesta por un “nuevo embate de ruptura con el Estado”

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PERE DURAN / NORD MEDIA Maragall fue de los tres representa­ntes de ERC que fueron a Perpiñán

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