Higiene de manos: la medida más efectiva
Richard Wenzel, un especialista mundial en control de infecciones, hacia siempre esta pregunta: ¿cuáles son las 10 razones principales de la transmisión de los microorganismos (en argot, bugs, es decir, bichos) en el hospital? Para responderla, alzaba ambas manos y contaba uno a uno sus 10 dedos. Respuesta correcta: nuestras manos. El día 5 de mayo (5 del 5, por los 10 dedos de las manos) es el día mundial de la Higiene de Manos.
Las manos se contaminan transitoriamente con virus y bacterias en múltiples actividades diarias y son un vehículo de transmisión de varias enfermedades infecciosas, entre ellas las debidas a virus respiratorios como los resfriados o la gripe y también el Covid-19. Tras un contacto con una persona infectada o una superficie contaminada, los bichos pueden sobrevivir en nuestras manos de dos a 60 minutos. Los virus en concreto no pueden habitualmente penetrar la piel intacta, pero sí las mucosas. De forma casi inconsciente nos tocamos con mucha frecuencia (cuatro veces cada hora) los ojos, la nariz o la boca. Los virus que contaminan las manos pueden penetrar a través de estas mucosas y producir un autocontagio.
La mayoría de estas infecciones se pueden prevenir. La higiene de manos es la medida principal para reducir el contagio y las infecciones. Esta realidad se ha demostrado repetidamente en todo tipo de situaciones, desde estudios en el terreno hasta en los ambientes más cargados de microorganismos resistentes, como son los hospitales.
La higiene de manos se puede realizar de dos maneras básicas. El lavado de manos clásico se hace con agua y jabón, con una duración de 40 a 60 segundos. También se puede realizar la higiene de manos empleando soluciones de base alcohólica, en este caso durante 20 a 30 segundos. Estos productos son una especie de lavabo portátil: están disponibles en múltiples presentaciones, incluyendo pequeños envases para llevar en el bolsillo. Atención: si no usamos una cantidad adecuada de producto o la duración del procedimiento es insuficiente, la descontaminación de las manos puede no ser totalmente efectiva.
Por tanto: lavarse las manos, lavárselas bien, lavárselas con frecuencia, lavárselas siempre tras tocar superficies potencialmente contaminadas o lavárselas por lavárselas es la medida más simple y eficaz para reducir el riesgo de contagio frente a numerosas enfermedades infecciosas, incluyendo el Covid-19.