Buen partido y empate con el Atlético en Cornellà
Los de Abelardo recuperan su mejor versión en el regreso de Raúl de Tomás, pero siguen sin ganar
La realidad sigue siendo aplastante para el Espanyol, que una jornada más sigue colista de la clasificación, pero no será por el desempeño ante el Atlético de Madrid. El equipo de Abelardo disputó uno de los mejores partidos en su estadio, por no decir el mejor, ante uno de los grandes de la competición. Y aunque no se llevó el triunfo, sí que se demostró a sí mismo que está para competir cada partido hasta final de temporada sea quien sea su rival. No será fácil salir de la posición que ahora ocupa. Las jornadas pasan inexorablemente, y las victorias no llegan, pero el equipo de Abelardo sigue mostrando una fe que hace meses parecía perdida. Aunque los números indiquen lo contrario, este equipo no está ni mucho menos desahuciado.
El empate no sirvió a ninguno para alimentar sus dispares objetivos. El Espanyol se exigió un partido perfecto ante el Atlético, que necesitaba ganar para volver a los puestos de Champions. No le quedaba otra a un conjunto, el blanquiazul, que empezó el domingo a seis puntos de la salvación. Fueron a la guerra los de Abelardo armados hasta los dientes y sin la pretensión de hacer prisioneros. Y a medida que el partido les concedió pequeñas victorias aumentaron la intensidad para crecerse ante todas las adversidades.
El estadio blanquiazul volvió a responder como en todos los partidos de este 2020 con una entrada sobresaliente. Nunca desfallece la afición por más decepciones que se lleve, la última en la Europa League. En esta ocasión, además, Abelardo tuvo que improvisar el centro del campo al completo por la sanción de David López y la lesión de Marc Roca.
Enfrente estaba uno de los grandes equipos de la última década, un conjunto en plena transición futbolística pero cargado de oficio. Conserva el equipo de Simeone toda la intensidad de sus inicios aunque ha perdido clarividencia en el área contraria. En Cornellà trataron de ser protagonistas de inicio tras un arranque efervescente de los locales, en el que Wu Lei y Bernardo estuvieron cerca de amenazar a Oblak.
El frenesí inicial dio paso a una sucesión de pequeñas batallas por conquistar metros en terreno rival. Ahí se impusieron los colchoneros, aunque sin excesivas concesiones por parte de los de Abelardo, que siempre defendieron con aplomo. Todo cambió con la primera aparición de De Tomás, recuperado para este encuentro tras cuatro ausencias consecutivas. Wu Lei profundizó por la derecha y puso un centro tenso al área. No necesitó rematar el delantero madrileño para que el balón terminase en gol. Savic, en su inercia, hizo que el balón entrase llorando.
El tanto desmelenó al Espanyol y ahí emergió definitivamente la figura de De Tomás, capaz de marcar goles sin rematar y de ser influyente en cualquier parte del campo. Esta vez dio un recital más artístico que futbolístico. Se convirtió en un auténtico globetrotter para deleitar a la grada con acciones individuales brillantes.
El resultado reafirmó a los locales en su fantástica inercia. Se comportaba el Espanyol como un equipo sin complejos y con gran seriedad defensiva. Hasta Víctor Sánchez estuvo cerca de hacer el segundo con un latigazo que Oblak despejó al larguero con una mano milagrosa. El Espanyol se marchó al descanso firmando un primer tiempo casi perfecto, sin errores atrás y perdonando a su rival. Sin embargo, el Atlético sacó a relucir su caché en un inicio del segundo tiempo arrollador. Los de Simeone salieron a tumba abierta y Saúl, en el primer minuto, puso el empate con una volea precisa desde la frontal.
Los tempraneros cambios de Simeone frenaron la dinámica ofensiva de los suyos y volvió a crecer el equipo perico. Bernardo tuvo el segundo en un remate de cabeza que se marchó desviado por muy poco. También fue a por el partido Abelardo, que deshizo el doble pivote para dar entrada a Calleri y a Melendo. Con todas las cartas sobre la mesa, el último cuarto de hora fue una guerra sin cuartel en la que ambos buscaron el triunfo sin ambages.
El que más se acercó a su objetivo fue el Espanyol, de nuevo con Bernardo como protagonista, pero el colombiano precipitó demasiado su remate ante Oblak. Ambos equipos terminaron completamente vacíos, pero el empate no sirvió para casi nada a ninguno de ambos. Si acaso, a los locales les permite recuperar la dinámica positiva que se había esfumado en Wolverhampton.
POLÉMICA El Espanyol reclamó la expulsión de Felipe y un penalti por agarrón de Lodi sobre Wu Lei