Uno de cada cuatro locales de Barcelona está cerrado
La ciudad gana 1.300 comercios en los últimos tres años, según un censo del Ayuntamiento
Barcelona tiene 16.393 locales sin actividad conocida por el Ayuntamiento. Un censo elaborado por la dirección municipal de Comercio el año pasado y publicado ayer da cuenta de esta llamativa cifra. Suponen el 20,3% del total de 80.553 inmuebles no residenciales contabilizados en los bajos de la ciudad. Otros 2.602 establecimientos que se consideran activos se encuentran vacíos porque están en venta, en traspaso o en obras de reforma. Si se suman estos dos tipos de locales, en la capital catalana hay 18.995, el 23,5% del total, prácticamente uno de cada cuatro, con las persianas bajadas.
Mientras crece el número de locales con uso desconocido –hay 3.300 más que hace tres años– el de establecimientos activos también aumenta. En comparación con el 2016, hay 1.293 más, hasta alcanzar un total de 61.558, lo que supone un incremento del 2,1%. Esta tendencia al alza se produce en paralelo a un descenso de los que están vacíos, exactamente en 2.143. Los 4.705 que había hace tres años eran el 6,1% del total que estaba activo. En el 2019 este porcentaje bajó al 4,1%.
El 94,5% de los comercios y servicios en planta baja activos se encuentra a pie de calle. Son 58.276, un 3,5% más que en el 2016. El resto se reparte en mercados, centros comerciales y galerías. Es una buena dotación, según los responsables municipales, ya que la ciudad tiene prácticamente cuatro establecimientos –exactamente 3,7– por cada cien habitantes, un valor notable, superior, por ejemplo, al de París y que se ha mantenido prácticamente igual en los últimos años. Todo ello muestra, a juicio de la concejal del ramo, Montserrat Ballarín, la vitalidad del tejido de la ciudad en un momento de grandes transformaciones. “El ADN de Barcelona es el comercio y, pese a todo, lo sigue siendo”, manifestó la edil, que puso en valor que el sector “aguanta bien el cambio de paradigma del e-commerce”.
El diagnóstico positivo del gobierno sociocomún a partir esta radiografía comercial contrasta con los mensajes de las entidades sectoriales, que desde hace tiempo alertan de la pérdida de fuelle de la actividad en muchos barrios debido al alza de los alquileres y a la contracción del consumo, a lo que se suma la expulsión de muchos comercios tradicionales y la consecuente homogeneización de la oferta, así como la concentración en algunas calles y la desertificación que sufren otras.
Que Barcelona tenga tantos locales no informados se debe en gran medida a que el trabajo de campo que se hizo el año pasado para elaborar el censo fue más amplio que el del 2016 y contó con mejoras que permitió identificar más. El resultado preocupa a los responsables municipales. Al no disponer la dirección de Comercio de datos sobre la actividad económica, el informe queda cojo. Algunos de estos inmuebles podrían tenerla o haberla cerrado, pero otros podrían ser, por ejemplo, almacenes, garajes privados e incluso viviendas en situación irregular. Desde que el 2003, año que el Ayuntamiento dejó de cobrar el IAE, no hay obligación de comunicarle las altas y bajas de negocios. La intención del Ayuntamiento,
El Consistorio desconoce el uso de más de 16.000 inmuebles no residenciales; otros 2.600 están vacíos