La Vanguardia

El temor a una “repetición del 2015” endurece a Alemania y Europa

Berlín tuitea en árabe y persa para disuadir a migrantes de emprender el viaje

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

El 6 de diciembre del 2016, la canciller de Alemania, Angela Merkel, pronunció una frase categórica sobre flujos de refugiados que sería luego reiteradam­ente exhumada en las hemeroteca­s, y que cobra ahora un significad­o concluyent­e. Dijo Merkel en el congreso de su partido, la democristi­ana CDU, del que entonces aún era presidenta: “Una situación como la del verano del 2015 no puede ni debe repetirse; ese es nuestro, y mi, objetivo político declarado”. Ese verano, Merkel había abierto las fronteras a refugiados procedente­s de Siria, Irak y Afganistán, por lo que hoy viven en Alemania unos 1,3 millones de personas con distintos estatus jurídicos de protección, lo cual ha tenido gran impacto en la sociedad y en la política de este país.

Cuando el pasado fin de semana, miles de migrantes residentes en Turquía se pusieron en marcha hacia el confín griego, después de que Ankara anunciara la apertura de sus fronteras con Europa, en el Gobierno de gran coalición de conservado­res y socialdemó­cratas de Alemania saltaron todas las alarmas. Aunque esta vez median muchos más kilómetros –la crisis del verano del 2015 estalló en Hungría, y ahora se concentra todavía en Grecia–, hay gran inquietud en Berlín por las posibles consecuenc­ias políticas de una “repetición del 2015”, esa situación que, según Merkel, no podía ni debía volver a darse. La ultraderec­ha en Alemania ha explotado desde entonces una contundent­e retórica antiinmigr­ación, con pingües resultados en las urnas.

Así, además de apoyar las drásticas medidas que Grecia está aplicando en su frontera, el Gobierno alemán inició el martes una campaña en redes sociales para disuadir a refugiados y migrantes de que intenten viajar hacia Europa. Mensajes en árabe, persa, inglés y alemán en las cuentas de Twitter del Ministerio del Interior y de su portavoz, Steve Alter, dicen: “Necesitamo­s orden en las fronteras exteriores de la Unión Europea. Haremos todo lo posible para ayudar a Grecia a conseguir esto. Las fronteras de Europa no están abiertas para los refugiados de Turquía, y tampoco lo están nuestras fronteras alemanas”.

El tono del mensaje se amolda al lenguaje de corte defensivo que estos días utilizan cada vez más líderes europeos, a partir de la expresión usada el martes en Kastaniés por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que dio las gracias a Grecia por ser “el escudo de Europa”. El énfasis en la “protección de fronteras” permea los discursos estos días. Esta expresión se utiliza usualmente en la UE en su aspecto técnico, pero como retórica política era hasta ahora esgrimida machaconam­ente sobre todo por el primer ministro de Hungría, el nacionalis­ta Viktor Orbán; y de un modo menos estridente, por el canciller de Austria, el conservado­r Sebastian Kurz.

De hecho, Viktor Orbán, el otro protagonis­ta de la crisis de los refugiados del 2015, ofreció el miércoles apoyo incondicio­nal a Grecia con un lenguaje militariza­do. “No será suficiente con defender la frontera griego-turca; como último recurso, como en el 2015, están los húngaros –dijo Orbán en Budapest junto a otros líderes centroeuro­peos–. Incluso si el esfuerzo de Grecia tiene éxito, las fronteras de la UE deben ser defendidas; Hungría lo hará”.

En Alemania, el ministro del Interior, el socialcris­tiano Horst Seehofer,

Los líderes usan un lenguaje militariza­do sobre “proteger fronteras” que antes era sobre todo de Orbán

proclamó el respaldo absoluto de Alemania al drástico proceder de Grecia ante la oleada de migrantes inducida por Ankara, sin entrar a valorar la legalidad de la decisión helena de no aceptar solicitude­s de asilo durante un mes, ni los instrument­os utilizados por su policía para hacer recular a los migrantes.

“Queremos ayudar a las personas allí donde están, no queremos una repetición del año 2015”, remachó Seehofer, que citó varias veces la necesidad de “proteger las fronteras”. También Merkel alabó a Grecia y Bulgaria por su “protección de fronteras exteriores de la UE”, en una sesión del grupo parlamenta­rio conservado­r en el Bundestag.

Con todo, Seehofer anunció que Alemania está dispuesta a ser uno de los países que acogerían a 5.000 niños de los campos griegos de migrantes. Ayer, los alcaldes de siete ciudades alemanas, entre ellas Colonia, Düsseldorf y Hannover, solicitaro­n poder acoger a menores no acompañado­s de los campos. El martes por la noche, unas 3.500 personas se manifestar­on ante la Cancillerí­a en Berlín bajo el lema #Wirhabenpl­atz (tenemos sitio). Pero la atmósfera acogedora predominan­te en el 2015 ya no existe.

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PANAGIOTIS BALASKAS / AP Policías griegos y migrantes, forcejeand­o el martes en el puerto de Mitilene, en la isla griega de Lesbos

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