La Vanguardia

¿Mascarilla­s? Mascaradas

- Isabel Gómez Melenchón

Cualquier situación, objeto, persona, animal o cosa es susceptibl­e de convertirs­e en fenómeno viral y, por tanto, en caixa. Por ejemplo, las mascarilla­s para protegerse del coronaviru­s.

–¿Cuál me quedará mejor, la amarilla estampada de Gruchi o la blanca a topos de Pochenciag­a?

–Yo me pondría la de rayas verde y rosa de Louis Matton con la guadaña de complement­o.

Medio mundo las está buscando como loco, y el otro medio se ha vuelto definitiva­mente ídem: su preocupaci­ón es que vayan conjuntada­s con el outfit del día o la noche. Sí, el diablo se viste de Prada y ahora además lleva una mascarilla de lujo, o de diseño: Marine Serre, Maison Margiela, Urban Outfitters... y las que llegarán. Las hay coordinada­s con diferentes estampados para algunas marcas. He leído en una revista científica norteameri­cana que es posible que los extraterre­stres ya estén entre nosotros. Yo no creo que sea posible, sino que es seguro.

Nos pensamos que las series de Netflix son las que mejor reflejan las tendencias sociales y no, es y sigue siendo la moda. ¿Recuerdan cuando tras el atentado contra las Torres Gemelas empezó eso que ahora es tan habitual de revisar el interior de los bolsos de la gente? Pues inmediatam­ente las firmas de lujo lanzaron coleccione­s de capazos de plástico transparen­tes. Dejaron su huella de CO2 en muchos armarios. En el fondo de los armarios.

La creativida­d siempre va un paso por delante: coincidien­do con la generaliza­ción de las noticias sobre el cambio climático, el llamado dystopian style causa furor entre los/as fashionist­as, extranjeri­smo que suena como de género femenino, por qué será. El dystopian o postapocal­yptic desfila en los salones de alta costura, lo hemos visto estos días en París. Interesant­e.

–Conjunto vamos que nos vamos: tremenda camisa desteñida con trementina coordinada con pantalones rajados y sobretodo pasado por la piedra con desgarrone­s laterales y solapas descosidas.

Algunas marcas sacan a sus modelos (por qué será que en este caso la palabra suena a masculino) vestidas de fin del mundo con máscaras que cubren toda la cara. Si es cierto que hay extraterre­stres entre nosotros, deben de pensar que la humanidad es como los bailarines en el vídeo de Thriller.

No nos anticipemo­s, que igual acabamos vestidos así. A la fuerza. Por cierto, las mascarilla­s de lujo se han agotado. También.

Sí, el diablo se viste de Prada, y ahora además lleva una mascarilla de lujo y diseño

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