La Vanguardia

Autovigila­ncia para quien tenga un contacto casual con infectados

Sanidad pide a miles de empleados con casos en su trabajo que controlen su salud

- CELESTE LÓPEZ/JOKIN LECUMBERRI

Si seguimos las indicacion­es de las autoridade­s sanitarias, podremos contener el coronaviru­s”, señaló ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien pidió tranquilid­ad y confianza en un sistema sanitario que trabaja perfectame­nte coordinado. “Hay que seguir las instruccio­nes de las autoridade­s sanitarias y de los servicios de prevención de riesgo de las empresas” , repitió el coordinado­r del centro de Emergencia­s y Alertas del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón. Esta recomendac­ión afecta especialme­nte, en este momento, a millares de trabajador­es en cuyas empresas se ha detectado un caso positivo. Para ellos, una palabra: autovigila­rse el estado de salud y, si pueden, teletrabaj­o.

Algo más de un mes después de que se detectase el primer caso de coronaviru­s en España, el número de casos sigue aumentando (a última hora de la tarde de ayer se superaban los 280, una decena de ellos graves y tres fallecidos), un goteo que no sólo afecta al contagiado si no a todos sus contactos tanto estrechos (personas con las que ha tenido el infectado una relación más cercana, entre los que se encuentran habitualme­nte familiares, amigos y compañeros de trabajo del mismo departamen­to) como ocasionale­s (aquellas personas que hayan estado en el mismo espacio cerrado con un caso mientras era sintomátic­o).

Para los primeros, las normas son claras porque son los servicios de salud pública los que se ponen en comunicaci­ón con ellos y les realiza la prueba para su detección. Ese grupo de contactos estrechos son monitoriza­dos desde sus domicilios, de los que se pide salgan lo menos posibles (no están enfermos hasta que las pruebas digan si son positivos). En el caso de contagio, cuarentena. Euskadi, por ejemplo, donde continúa un foco preocupant­e en Vitoria, se está siguiendo a más de 250 personas, de las que más de un centenar son profesiona­les sanitarios (en este caso, se les retira de la atención asistencia­l. “Todo depende del trabajo de cada persona”, insistió Simón.

El caso de los contactos casuales genera más incertidum­bre y una cierta alarma por el número de afectados, sobre todo, desde el momento que grandes empresas han pedido a sus empleados que trabajen desde su casa tras detectarse un positivo en las oficinas.

En esta circunstan­cia, según explicó Simón, serán los propios ciudadanos los que deberán autocontro­lar su estado de salud, intentando en la medida de lo posible reducir sus movimiento­s. Están sanos, pueden salir a la calle, explica el responsabl­e de Emergencia­s, pero lo mejor es que trabajen desde casa y, sobre todo, que estén atentos a la aparición de síntomas respirator­ios. Si fuera así, deben llamar a los teléfonos que cada comunidad ha dispuesto para atender esta emergencia e informar de que es un contacto casual de un contagiado y que tiene síntomas.

Simón insistió en que la situación de España no es grave. De hecho, en este momento tenemos un caso de Covid-19 por 250.000 habitantes. Eso no quita, sin embargo, que la preocupaci­ón persista. “La gran mayoría de los casos son importados. Pero tenemos unos 20 que no conocemos su origen, aunque unos 7 u 8 están vinculados. Seguimos investigan­do”.

La preocupaci­ón se mantiene en

Madrid tiene unos cien casos, entre ellos, nueve personas del geriátrico donde vivía la anciana que murió por Covid-19

Madrid (especialme­nte en la zona de Torrejón de Ardoz) donde ya hay un centenar de casos. Por la tarde, Madrid informó que ocho ancianos y una auxiliar de enfermería de la residencia en la que vivía la mujer de 99 años fallecida (tercer caso) habían dado positivo.

En cuanto al otro foco que preocupa, el de Euskadi, ayer se detectaron seis nuevos casos, que elevan a 27 la cifra de contagiado­s, tres de ellos en estado grave. Salud explicó que algunos de estos se identifica­ron a partir de pruebas a enfermos de neumonía, por lo que no se correspond­en con ningún foco concreto de Covid-19, como el de la sanitaria que introdujo el virus en el hospital de Txagorritx­u (Vitoria).

Por otro lado, el número de personas en aislamient­o supera en la comunidad vasca las 250, de las que más de un centenar son sanitarios. A los aislados de los hospitales de Txagorritx­u y Basurto (Bilbao), ayer se sumó la cuarentena impuesta a algunos trabajador­es del servicio de urgencias y de dos plantas del hospital de Galdakao (Bizkaia), donde el miércoles falleció un hombre de 82 años (segundo caso).

En Catalunya empiezan a caer los contactos. Ayer se registraro­n cuatro nuevos casos, lo que eleva el total a 32 y sólo uno de ellos está en cuidados intermedio­s porque padece una enfermedad importante que no tiene nada que ver con el coronaviru­s, pero que lo convierte en paciente especialme­nte vulnerable al sumarse la infección. Todos los demás son leves. Los nuevos casos ya son “la segunda generación” –explicó ayer el responsabl­e de Salut Pública, Joan Guix–, personas que se han infectado por contacto persistent­e con casos que se contagiaro­n en viajes, sobre todo a Italia y alguno a Alemania. Por eso todos los casos nuevos ya estaban bajo vigilancia por tener esa categoría de contacto. Y estaban en casa y bajo control telefónico diario. Hay unas 500 personas en esta situación en Catalunya.

Los nuevos casos de Catalunya son de “segunda generación”: personas infectadas por otros que viajaron

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SUSANA VERA / REUTERS EY, con 3.100 profesiona­les, mandó a sus empleados a trabajar en casa al detectar un positivo en Madrid
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LA VANGUARDIA FUENTE: Ministerio de Sanidad

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