Omella aclara que defiende a “toda” escuela religiosa
Avala a los centros del Opus tras el equívoco en una entrevista
Unas declaraciones en la radio del cardenal de Barcelona Juan José Omella originaron ayer una situación de confusión en el seno de la Iglesia justo el día en que se estrenaba en los medios de comunicación como presidente de la Conferencia Episcopal de España, cargo para el que fue nombrado el pasado martes. El periodista Josep Cuní le preguntó en su programa de la Cadena Ser Catalunya si estaba de acuerdo con eliminar los conciertos económicos a las escuelas “que segregan por sexo”, es decir, que escolarizan a un alumnado femenino o masculino. Estos colegios, de los que hay 80 en España y unos 12 en Catalunya, pertenecen, mayormente, al Opus Dei.
El cardenal Omella respondió que estaba de acuerdo con que se les retirara la subvención pública a este tipo de centros que “no creo que sea habitual” porque todos los centros tienen que tener las “puertas abiertas”. “Tendremos que ver cómo se aplica, si fuerzan demasiado o no. La escuela concertada debe tener las puertas abiertas, pero hay un ideario que tiene que ser respetado”. Dicho esto, y después de defender la libertad de los padres a elegir centro y pedir un pacto de Estado por la educación, se despidió.
La entrevista generó un revuelo en las familias que llevan a sus hijos a este tipo de colegios, susceptibles a este tema después de que tanto el Gobierno español como el catalán manifestaran su intención de encontrar la fórmula para retirar los conciertos a estas escuelas, refrendadas por una sentencia del Tribunal Constitucional. El posicionamiento del cardenal Omella desconcertó, también, al sector educativo.
Unas horas después llegó la aclaración en forma de tuit en la cuenta del cardenal: “Esta mañana no me he explicado bien en la radio. Por si hay alguna duda, quiero expresar mi apoyo sin fisuras a la escuela diferenciada y a todas las escuelas religiosas por su servicio a la sociedad”, manifestaba Omella en la red. En ciertos ámbitos como el político, el término de “escuela diferenciada”, para referirse a centros sólo de chicas o de chicos, se denomina “escuela que segrega por sexo”.
En realidad, según confirmaron fuentes del arzobispado, el cardenal no pensó en este tipo de “segregación” sino en la “segregación escolar”, un tema debatido en el último año que ha generado un pacto impulsado por el Síndic de Greuges. Este pacto en el seno de la educación defiende que las escuelas no pueden excluir alumnos con necesidades especiales como el hecho de pertenecer a familias en situación desfavorecida que no pueden pagar las cuotas de la escuela concertada.
Eliminar la segregación escolar está en el centro del debate político. En España, con la reforma de la ley que presentará el Gobierno al Congreso. Y en Catalunya, con dos decretos, aún por aprobar, que redefinen el estado de las escuelas concertadas en el sistema público. De ahí que Omella sostuviera a pregunta de Cuní que ninguna escuela religiosa puede dejar a ningún alumno fuera, que eso no es “habitual” y que hay que ver “cómo se aplica” en referencia a la programación de la oferta pública de plazas y la compensación económica que la escuela concertada espera recibir.
Omella consideró también que los “principales responsables de la educación son los padres, que tienen la libertad de elegir el centro en el que estudien sus hijos”.
Sobre esta cuestión se pronunció también el conseller Josep Bargalló en el Parlament a petición del diputado del PPC Daniel Serrano. El conseller dijo que los conciertos a estos centros se deben eliminar en pro de la igualdad, pues las escuelas no tienen derecho a elegir quiénes son sus alumnos por razón de género, raza o clase social.
En las declaraciones a la Ser, el cardenal daba a entender que no apoya a los colegios que sólo admiten niños o niñas