Vivir para servir a un hombre
En los próximos dos días leerán artículos que les recomendarán todo tipo de creaciones culturales protagonizadas por mujeres ahora que llega el 8-M. Pero no estaría de más que todos reflexionáramos sobre la anomalía que supone tener que recordar que el talento y la valía también son femeninos y que podemos disfrutarlos durante todo el año.
En la plataforma de vídeo bajo demanda Apple TV+ encontrarán dos series que han entrado de lleno en sendas cuestiones que este fin de semana estarán en el primer plano de las reivindicaciones del 8-M.
La primera es uno de los grandes descubrimientos de la temporada, The morning show, una mirada a las relaciones humanas en el entorno laboral de uno de los programas matinales líder de la televisión en Estados Unidos. Esta producción, protagonizada por las actrices Jennifer Aniston y Reese Witherspoon, aborda el tipo de situaciones que dieron lugar al #Metoo y muestra con inteligencia esquemas de poder masculino que se perpetúan para someter a muchas mujeres ante el deseo sexual de un superior.
A diferencia de The morning show, que tiene un serio peso dramático que se acentúa en el último y magistral capítulo de la primera temporada, en Apple TV+ hay otra serie que puede pasar más desapercibida, Mythic quest. Raven’s banquet (Búsqueda mítica. Banquete de cuervos), que en tono de comedia muestra la vida en una empresa que desarrolla un videojuego de éxito que lleva por nombre el título de la serie.
En uno de los capítulos, visita la compañía un grupo de niñas y su profesora, que forman parte de un programa educativo llamado Las chicas también programan.
La llegada del grupo se produce justo cuando el productor ejecutivo (hombre) de la compañía le está diciendo a su ayudante (mujer) “eres mi asistente. Sólo vives para atender mis caprichos. Sólo hablarás cuando se te pregunte...”.
El tipo comienza por decir a las niñas que en su empresa se valora mucho a las mujeres, pero cuando intenta demostrarlo, no lo consigue porque a su alrededor sólo ve hombres. El hombre pide entonces a su ayudante que explique su trabajo a las pequeñas y ella repite el mensaje que le acababan de dar: “Vivo para servir a un hombre y ese hombre es David”. Segundo intento fallido.
Desesperado, David lleva a las niñas a conocer a la única programadora y le pide que les hable sobre su trabajo. Ella responde: “¿De qué queréis que os hable? ¿De que tendréis que trabajar el doble para ganar mucho menos o de que no podréis ascender porque es una cultura dominada por hombres?”. Y así prosigue el episodio.
No es ninguna broma. La desesperación de David quizás ilumine a quienes todavía no han entendido de qué va la jornada del 8-M.