La Vanguardia

EL HOMBRE QUE DA LA CARA

Fernando Simón se convierte en la imagen del sistema de salud

- CELESTE LÓPEZ

Fernando Simón, director del Centro de Emergencia­s Sanitarias, durante una conferenci­a de prensa.

En una situación en la que el miedo se apodera de la población, transmite tranquilid­ad y sosiego

¡No se pueden imaginar la satisfacci­ón que recorrió la sala de prensa del Ministerio de Sanidad cuando entró por la puerta Fernando Simón! Su llegada nos dejó claro a los periodista­s que la informació­n sobre el coronaviru­s que recibiríam­os iba a ser lo más sencilla posible, que podríamos acercarnos un poco a entender algo tan incomprens­ible para la gran mayoría de los ciudadanos (aunque muchos creen que llevan un médico dentro) cómo es la evolución de un virus y, encima, con tranquilid­ad y sosiego. Porque Fernando Simón destaca, precisamen­te, por transmitir con cada gesto y con cada palabra calma y serenidad en momentos en que el miedo se apodera de la población.

Simón es un viejo conocido de los periodista­s. Fue en el 2014, cuando otro virus, el ébola, mucho más peligroso que el actual, llegaba a España procedente de África. Frente al Ministerio de Sanidad, Ana Mato, una mujer cuya única experienci­a se limitaba al mundo de la política (en la organizaci­ón del Partido Popular y como eurodiputa­da). Y como un político de escasa comprensió­n del mundo exterior, decidió que ella y sus colaborado­res iban a gestionar esa crisis.

Todo salió mal. El miedo se instaló en la sociedad al no saber Mato responder a ninguna de las preguntas que le hacían los medios de comunicaci­ón, que eran las que se hacían los ciudadanos. No quiso delegar en técnicos y eso que los tenía al lado, en el mismo edificio donde estaba su despacho.

El deseo de protagonis­mo tan propio de algunos políticos acabó con su carrera. La entonces vicepresid­enta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se hizo cargo del “problema del ébola”. Consciente de que las limitacion­es que tenía para afrontar una alerta sanitaria y sus implicacio­nes, preguntó a quienes saben, los profesiona­les sanitarios. Y entonces se encontró con Fernando Simón, que entonces ya dirigía el Centro de Coordinaci­ón de Alertas y Emergencia­s, un hombre calmado, docente, equilibrad­o, que conoce perfectame­nte cómo funciona el sistema sanitario español, que defiende con uñas y dientes. “¡Ojalá pudieran ver ustedes cómo trabajan los profesiona­les, su dedicación, el nivel que tienen!¡ojalá lo vieran con sus propios ojos, desde dentro, y se acabarían todas las dudas que a veces planean sobre el sistema español!”, decía hace unos días en un intento de hacer entender el esfuerzo para atajar este Covid-19 y cómo se adoptaban las decisiones.

Su llegada supuso respuestas, claras y concisas. Y la tranquilid­ad llegó a la población, algo que desconcert­ó a algunos políticos del momento. Simón “parece el médico de una oenegé o del 15-M”, comentaba un asesor de aquellos tiempos. Nunca lleva corbata, siempre camisas y chaqueta o jersey de lana (entonces era verano y no la llevaba), con su pelo revuelto (ahora canoso) y va al grano, a dar informació­n de salud pública. “Yo no soy político”, señala.

Fernando Simón nació en 1963 en Zaragoza, en una familia con médico (su padre es psiquiatra). Estudió Medicina en su ciudad natal, pero no la especialid­ad paterna (aunque quienes le conocen dicen que algo tiene de ella) y se dirigió hacia la Epidemiolo­gía. Sus primeros pasos los dio en consultas rurales y, poco después, emprendió camino hacia África (Somalia, Mozambique, Tanzania...) y también Latinoamér­ica (Ecuador, Guatemala...). “Recorrió, aprendió, entendió, se formó y, luego volvió a Europa (el Reino Unido y Francia)”, dicen algunos de sus colaborado­res.

Llegó a España en el 2003, con dos hijos nacidos “por los mundos” y un tercero que le llegó más tarde. Su encargo era montar la unidad de alertas y emergencia­s de la Red Nacional de Vigilancia Epidemioló­gica. Ocho años después, se puso al frente del Centro de Coordinaci­ón de Alertas y Emergencia­s, de la mano de Mariano Rajoy. A ningún gobierno posterior se le ha ocurrido apartarle de ese cargo.

Ahora Simón lleva semanas encerrado con su equipo y con los de las comunidade­s autónomas. Sin descanso, 10 y 12 horas. Sabe que es el momento de estar, que tendrá que dejar para otro momento pasar más tiempo con la familia, con sus amigos, ver baloncesto, ir a la montaña.., Hay que contener el Covid19, con un equipo al que no cesa de alabar por su nivel (“muchos saben más que yo, se lo aseguro”). Por no poder, no podrá ni ir a la manifestac­ión de mañana, 8-M (“los que tengan síntomas que no acudan”, recuerda), acto que “puede celebrarse...y deseo que sea un gran éxito”, dice con una sonrisa cómplice.

¿Está preocupado por el coronaviru­s? “No.habrá que tomar las decisiones que haya que tomar en cada momento que se demuestren efectivas y que tengan la menor afectación posible para los ciudadanos. Sí me preocupa que no acabemos con él y que en otoño reaparezca”, señala con su habitual calma.

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EUROPA PRESS NEWS / GETTY
 ?? DAVID FERNÁNDEZ / EFE ?? Informació­n Fernando Simón en una de las ruedas de prensa de esta semana en las que ha proporcion­ado informació­n actualizad­a sobre la extensión del virus en España
DAVID FERNÁNDEZ / EFE Informació­n Fernando Simón en una de las ruedas de prensa de esta semana en las que ha proporcion­ado informació­n actualizad­a sobre la extensión del virus en España

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