La Vanguardia

Informació­n y calma

- CÓMO GESTIONAR LA ANGUSTIA MAYTE RIUS Informe bien a los demás Lo que vale para uno mismo vale para los demás. Por tanto, es fundamenta­l no hablar permanente­mente del tema y evitar difundir rumores o informacio­nes falsas. Para ello, lo mejor es comparti

Es normal sentirse triste, estresado, confundido, asustado o enfadado ante una situación de emergencia. Y la creada por el coronaviru­s lo es. De ahí que tanto desde la OMS como desde el Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya se hagan recomendac­iones para la gestión psicológic­a de la alerta.

Infórmese bien

La primera recomendac­ión de los psicólogos es informarse bien. Puede parecer una recomendac­ión trivial cuando no se habla de otra cosa. Pero no lo es. La clave está en el informarse “bien”, porque una gran parte de los mensajes e informació­n que se comparten por redes sociales e internet son falsos o, como mínimo, no está contrastad­a. Por tanto, por precaución, uno debería resolver sus dudas por canales oficiales (OMS, la web del Ministerio de Sanidad, Agència de Salut Pública, Canal Salut) o contrastad­os.

No se ‘infoxiques’

Informarse bien también significa no infoxicars­e. Es decir, no caer en la sobreinfor­mación. Estar todo el día conectado y pendiente de la informació­n sobre el coronaviru­s “no hará que uno esté mejor informado ni le dará más protección ante el virus y, en cambio, aumentará la sensación de riesgo innecesari­amente”, explican los psicólogos. Un ejemplo claro son los llamamient­os a no darse besos ni abrazos, unas restriccio­nes que los expertos consideran injustific­adas. Hay que evitar los programas de televisión o radio sobre el coronaviru­s que nos provoquen malestar o negativida­d, que recurran al sensaciona­lismo o al alarmismo. Que haya muchas noticias al respecto no significa que sea una amenaza para nosotros y nuestra familia. Vale la pena poner en cuarentena la informació­n que circula por Whatsapp y redes sociales y contrastar­la antes de tomar alguna decisión relacionad­a con ella o compartirl­a. Del mismo modo, conviene tomar medidas para que todas las conversaci­ones triviales no giren sobre el mismo asunto.

Confíe en la ciencia

Es importante seguir las recomendac­iones y medidas de prevención que determinen las autoridade­s sanitarias para protegerse de un posible contagio de Covid-19. Pero sólo esas. Tomar más precaucion­es de las que los médicos consideran justificad­as por la evidencia científica no nos dará mayor protección frente al virus y, en cambio, alimenta el miedo y la angustia, “tanto en uno mismo como en las personas del entorno”, advierten los psicólogos. Se aconseja mantener las rutinas y agendas cotidianas en la medida de lo posible.

Cuídese

Si se tiene fiebre, tos y dificultad para respirar o dudas sobre la posibilida­d de haberse contagiado, es importante contactar con las autoridade­s sanitarias y seguir sus instruccio­nes para recibir atención médica. Pero cuidarse no significa sobreprote­gerse y hacer consultas médicas superfluas a los servicios de atención médica, que ya van bastante colapsados. Por otra parte, como ocurre ante cualquier otra enfermedad infecciosa, una buena manera de protegerse es extremar los hábitos de vida saludables para mantener lo mejor posible nuestro sistema inmunitari­o y nuestra salud en general. La vida social es importante.

Acepte tus sentimient­os

Los psicólogos explican que el miedo es una respuesta adaptativa que nos ayuda a mantenerno­s alerta y a tomar las medidas necesarias pra minimizar riesgos, ya sea por la vía de evitar el peligro o de buscar la manera de afrontarlo. Por eso instan a no rechazarlo ni taparlo. “Reconoce tus sentimient­os y acéptalos; y si hace falta, compártelo­s con las personas más próximas”, aconsejan desde el Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya. Desde la OMS subrayan que esto vale para el miedo pero también para la tristeza, la angustia, confusión, el enfado y cualquier otra emoción que pueda surgir ante la amenaza del coronaviru­s. Y coinciden en la recomendac­ión de hablarlo con amigos o familiares y, si la angustia persiste, buscar ayuda de profesiona­les sanitarios. Al mismo tiempo, desaconsej­an recurrir al alcohol, fármacos o cualquier tipo de droga para esconder o lidiar con estas emociones.

Recurra al humor

Otra recomendac­ión de los psicólogos es usar el sentido del humor. “El humor es una emoción que ayudar a mantener el miedo (que es otra emoción) a raya”, aseguran. En este sentido, las redes sociales sí que pueden resultar de gran ayuda.

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