Información y calma
Es normal sentirse triste, estresado, confundido, asustado o enfadado ante una situación de emergencia. Y la creada por el coronavirus lo es. De ahí que tanto desde la OMS como desde el Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya se hagan recomendaciones para la gestión psicológica de la alerta.
Infórmese bien
La primera recomendación de los psicólogos es informarse bien. Puede parecer una recomendación trivial cuando no se habla de otra cosa. Pero no lo es. La clave está en el informarse “bien”, porque una gran parte de los mensajes e información que se comparten por redes sociales e internet son falsos o, como mínimo, no está contrastada. Por tanto, por precaución, uno debería resolver sus dudas por canales oficiales (OMS, la web del Ministerio de Sanidad, Agència de Salut Pública, Canal Salut) o contrastados.
No se ‘infoxiques’
Informarse bien también significa no infoxicarse. Es decir, no caer en la sobreinformación. Estar todo el día conectado y pendiente de la información sobre el coronavirus “no hará que uno esté mejor informado ni le dará más protección ante el virus y, en cambio, aumentará la sensación de riesgo innecesariamente”, explican los psicólogos. Un ejemplo claro son los llamamientos a no darse besos ni abrazos, unas restricciones que los expertos consideran injustificadas. Hay que evitar los programas de televisión o radio sobre el coronavirus que nos provoquen malestar o negatividad, que recurran al sensacionalismo o al alarmismo. Que haya muchas noticias al respecto no significa que sea una amenaza para nosotros y nuestra familia. Vale la pena poner en cuarentena la información que circula por Whatsapp y redes sociales y contrastarla antes de tomar alguna decisión relacionada con ella o compartirla. Del mismo modo, conviene tomar medidas para que todas las conversaciones triviales no giren sobre el mismo asunto.
Confíe en la ciencia
Es importante seguir las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias para protegerse de un posible contagio de Covid-19. Pero sólo esas. Tomar más precauciones de las que los médicos consideran justificadas por la evidencia científica no nos dará mayor protección frente al virus y, en cambio, alimenta el miedo y la angustia, “tanto en uno mismo como en las personas del entorno”, advierten los psicólogos. Se aconseja mantener las rutinas y agendas cotidianas en la medida de lo posible.
Cuídese
Si se tiene fiebre, tos y dificultad para respirar o dudas sobre la posibilidad de haberse contagiado, es importante contactar con las autoridades sanitarias y seguir sus instrucciones para recibir atención médica. Pero cuidarse no significa sobreprotegerse y hacer consultas médicas superfluas a los servicios de atención médica, que ya van bastante colapsados. Por otra parte, como ocurre ante cualquier otra enfermedad infecciosa, una buena manera de protegerse es extremar los hábitos de vida saludables para mantener lo mejor posible nuestro sistema inmunitario y nuestra salud en general. La vida social es importante.
Acepte tus sentimientos
Los psicólogos explican que el miedo es una respuesta adaptativa que nos ayuda a mantenernos alerta y a tomar las medidas necesarias pra minimizar riesgos, ya sea por la vía de evitar el peligro o de buscar la manera de afrontarlo. Por eso instan a no rechazarlo ni taparlo. “Reconoce tus sentimientos y acéptalos; y si hace falta, compártelos con las personas más próximas”, aconsejan desde el Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya. Desde la OMS subrayan que esto vale para el miedo pero también para la tristeza, la angustia, confusión, el enfado y cualquier otra emoción que pueda surgir ante la amenaza del coronavirus. Y coinciden en la recomendación de hablarlo con amigos o familiares y, si la angustia persiste, buscar ayuda de profesionales sanitarios. Al mismo tiempo, desaconsejan recurrir al alcohol, fármacos o cualquier tipo de droga para esconder o lidiar con estas emociones.
Recurra al humor
Otra recomendación de los psicólogos es usar el sentido del humor. “El humor es una emoción que ayudar a mantener el miedo (que es otra emoción) a raya”, aseguran. En este sentido, las redes sociales sí que pueden resultar de gran ayuda.