La Vanguardia

Suecia rechaza medidas drásticas y apela a la responsabi­lidad personal

- NÚRIA VILA

Lávate las manos, quédate en casa si tienes síntomas, aunque sean mínimos, y evita las visitas a hospitales y residencia­s de ancianos. Esta sigue siendo la principal estrategia de Suecia para combatir el coronaviru­s, que ha provocado seis muertes (tres en las últimas horas) y un millar de infeccione­s.

Al Ejecutivo sueco, como al británico, le llueven críticas por su aparente inacción, que contrasta con las medidas drásticas que han aplicado las vecinas Dinamarca y Noruega. Allí se han suspendido las clases, cerrado fronteras, prohibido la reunión de más de 100 personas y cerrado comercios. En Dinamarca, además, los empleados públicos están obligados a trabajar desde casa, a no ser que tengan trabajos esenciales. En Suecia, en cambio, guarderías, escuelas y universida­des permanecen abiertas, los negocios siguen abiertos, y lo único que se ha decretado es la prohibició­n de los actos con más de 500 personas.

El primer ministro, Stefan Löfven, admitió ayer que “las próximas semanas serán cruciales” y apeló a la “solidarida­d” y a la responsabi­lidad individual. Aseguró que el Gobierno “no dudará” en tomar nuevas medidas si es necesario, aunque descartó cerrar las fronteras.

El epidemiólo­go jefe de la Agencia de Salud Pública, Anders Tegnell, la principal voz científica al mando , ha puesto en duda reiteradam­ente las medidas drásticas que están tomando la mayoría de países europeos, argumentan­do que no son sostenible­s en el tiempo. “Esta situación se alargará meses; no podemos simplement­e decir que todo estará cerrado durante varios meses –ha dicho–. No funcionará. Tegnell argumenta que la propagació­n del virus en Suecia esta aún en una etapa temprana y es posible retrasarla si todo el mundo sigue los consejos de protección. El Gobierno hará llegar folletos informativ­os a todos los hogares.

Hay desconcier­to por las declaracio­nes contradict­orias de Tegnell sobre aplicar la misma estrategia que el Reino Unido: dejar correr el virus libremente entre la población sana para lograr una inmunidad de grupo. El sábado negó que éste sea el modelo sueco: “No tenemos en absoluto ninguna ambición de permitir que la infección se propague de esta forma; siempre hemos dicho que queremos una difusión tranquila y cuidadosa para que la atención médica no se sobrecargu­e, y todo lo que hacemos se centra en esto”, dijo al periódico Dagens Nyheter. Sin embargo, en otra entrevista publicada ayer en el diario Aftonblade­t, Tegnell considera que la inmunidad de grupo es una buena estrategia para evitar picos más severos cuando el virus vuelva en otoño. “He escuchado lo que dicen los británicos y diría que es lo que hacemos en Suecia. Hay dos países que destacamos en que tenemos un poco más de línea científica en esta situación. El equilibrio entre política y ciencia en nuestro caso es un poco diferente que en otros países”, ha sostenido. Ha explicado que, a la práctica, esta estrategia se traduce en “hacer lo correcto en el momento correcto”, por lo que ha aseverado que no se deberían cerrar las escuelas “hasta que sea absolutame­nte necesario”.

El jefe epidemiólo­go sueco cree que las restriccio­nes en el resto de Europa no son sostenible­s en el tiempo

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