Trump cambia de tono y desaconseja las reuniones de más de 10 personas
Toque de queda en Nueva Jersey y orden de confinamiento en San Francisco
Cambio radical de tono en la Casa Blanca. El presidente estadounidense, Donald Trump, puso ayer fin al optimismo infundado con el que lleva semanas tratando la crisis del coronavirus para aconsejar a la población que eduque a los niños en casa, evite las reuniones de más de 10 personas, renuncie a cualquier viaje que no sea imprescindible y no vaya a bares o restaurantes. “Si todo el mundo hace estos cambios y sacrificios ahora, nos uniremos como nación y venceremos al virus”, afirmó el presidente en una declaración leída en la sala de prensa de la Casa Blanca, el mismo lugar donde 24 horas antes había pedido a la gente que se relajara y difundido información errónea sobre cómo funciona la cadena de contagio.
Trump no descartó aprobar medidas de confinamiento en ciertos focos de la pandemia y por primera vez admitió que podría tardar en remitir hasta “julio o agosto”, una previsión mucho más realista que los vaticinios que hacía hasta ahora. El cambio de tono del presidente llega después de una semana catastrófica para los mercados financieros, insensibles a sus palabras tranquilizadoras y a las medidas de estímulo de la Reserva Federal. Su intervención no evitó que el Dow Jones cerrara con una caída del 12,9%, la segunda mayor de su historia.
La inacción del Gobierno federal ha forzado a los estados, ciudades y grandes empresas a tomar sus propias decisiones para intentar si no ganarle la carrera, sí ralentizar la propagación del coronavirus antes de que se produzcan colapsos hospitalarios. Las imágenes de miles de personas en bares, conciertos y fiestas durante el fin de semana, ignorando el consejo de mantener “distancia social”, provocaron una nueva ola de medidas para intentar que la gente se quede en casa. Seis condados de California que incluyen la ciudad de San Francisco, un área donde viven 6,7 millones de personas, ordenaron ayer el confinamiento de todos sus residentes durante tres semanas mientras Nueva Jersey decretaba el toque de queda de forma indefinida, el primer estado en dar el paso. Nueva York, la ciudad que nunca duerme, ordenó anteanoche el cierre desde hoy de todos sus bares, teatros, salas de conciertos, cines y restaurantes, salvo para vender comida para llevar. “Nuestra ciudad se enfrenta a una amenaza sin precedentes y debemos responder con mentalidad de guerra”, pidió su alcalde, Bill de Blasio, que sólo horas antes había dado su brazo a torcer y aceptado cerrar las escuelas públicas de la ciudad. Una docena de estados han adoptado medidas similares respecto a los locales de ocio y más de 30 han suspendido las clases.
“Este es un problema nacional y necesitamos liderazgo federal. En China, Corea del Sur e Italia todo se ha gestionado a nivel nacional, porque es un problema que no puede resolverse de forma fragmentada”. El Gobierno federal debe dar “directrices comunes”, criticó el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. Estados y ciudades han adoptado un “un revoltijo” de medidas. “Es el caos, crece la sensación de que el país está fuera de control y no hay una dirección”.
Cuomo volvió a reclamar a Trump que movilice al ejército para ayudar a construir instalaciones médicas de emergencia que palien la escasez de camas en unidades de cuidados intensivos (UCI). Es una carrera contra reloj. “No creo que vayamos a aplanar la curva [de contagios] lo suficiente como para evitar
Cuomo: “No creo que podamos aplanar la curva de contagios como para evitar la ola en Nueva York”
la ola. Nos van a faltar miles de camas de UCI, respiradores... La única forma de evitar esto es desplegar el cuerpo de ingenieros del ejército”, dijo. Trump explicó después que lo está sopesando. Cuomo es demócrata pero las críticas a la gestión de la crisis de la Casa Blanca han llegado también desde estados en manos de republicanos como Ohio o Massachusetts.
El aluvión de quejas llevó ayer a la Casa Blanca a convocar a los gobernadores a una reunión por videoconferencia con el presidente, que trató de tranquilizarles a la vez que les recomendaba no esperar al gobierno federal y tratar de conseguir ellos mismos el material médico que necesitan. “Intentad conseguirlo por vuestra cuenta. Os respaldaremos, pero intentadlo vosotros con los puntos de venta, mucho más directo si lo podéis conseguir”, les dijo según la grabación obtenida por The Washington Post. “Cuomo tiene que hacer más”, tuiteó Trump al final de la videoconferencia.