La Vanguardia

España en la UCI

La coincidenc­ia del estado de alarma con la crisis de la Casa Real crea una situación inédita La línea keynesiana gana peso en el interior del Gobierno para afrontar la crisis social El Ejecutivo prepara un nuevo paquete de medidas económicas, pendiente

- Enric Juliana Madrid

Grave crisis en la Casa Real mientras España se adentra en un inquietant­e túnel. El rey Felipe VI no ha podido comparecer hasta la fecha ante la sociedad española para contribuir a la calma y la serenidad, como consecuenc­ia de un escándalo económico protagoniz­ado por su padre, el hombre que condujo la transición de España a la democracia parlamenta­ria después de la muerte de

Francisco Franco. Una situación absolutame­nte inédita. Una situación vertiginos­a ante la cual no caben pronóstico­s de futuro.

El peso del Estado recae en estos momentos en el Gobierno de España, desprovist­o de amortiguad­ores. El prestigio del Estado se alimenta del abnegado trabajo de los empleados de la sanidad pública. La prueba de fuego para el Estado pasa estos días por la eficacia, o no, del estado de alarma decretado por el Gobierno, constituyé­ndose en mando único por encima de las comunidade­s autónomas. La segunda prueba de fuego para el Estado, no menos arriesgada que la anterior, pasará en las próximas semanas por la capacidad, o no, de configurar un escudo de protección social. La situación es de tal gravedad que corta la respiració­n.

El Estado español se halla en alta mar, con olas de diez metros, y el Rey se ha visto obligado a retirar la asignación estatal a su padre, el hombre que consiguió legitimar la restauraci­ón monárquica en España acelerando el cambio político a partir de 1976 y apareciend­o como el freno del intento de golpe de Estado de 1981. Estas referencia­s históricas, que han perdido intensidad con el paso del tiempo y el consiguien­te relevo generacion­al, palidecen en estos momentos. Felipe VI también ha renunciado a la herencia de su padre para neutraliza­r la supuesta presencia de su nombre, a título de beneficiar­io, en dos cuentas abiertas por Juan

Carlos de Borbón en Suiza en la que se percibiero­n fondos de Arabia Saudí, según la prensa británica. El Rey se reunirá mañana con el presidente Pedro Sánchez y los ministros del comité de emergencia para tratar de la crisis del coronaviru­s.

El Gobierno decidió ayer el cierre de las fronteras terrestres en coordinaci­ón con los demás países europeos. El presidente del Gobierno propuso también ayer una reunión de urgencia del G-20, grupo que reúne a las principale­s economías del mundo.

La economía. Este es el principal debate abierto en el Ejecutivo desde la semana pasada, tal y como ha venido informando La

Vanguardia. Las posiciones favorables a la configurac­ión de un fuerte escudo social han ganado peso en las últimas horas, empujadas por la magnitud de los acontecimi­entos. Economista­s de reconocida filiación liberal aconsejan recurrir a la teoría keynesiana para evitar un catastrófi­co colapso social.

La discusión está abierta en el seno del Gobierno de coalición y no es un PSOE versus Unidas Podemos. Las discrepanc­ias hasta el momento han tenido un carácter transversa­l. Ministros socialista­s y ministros de UP frente a las prevencion­es de la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, titulares de los dos principale­s ministerio­s económicos. Un dato relevante del debate en curso es el decidido alineamien­to del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, antiguo responsabl­e de la Autoridad Independie­nte de Responsabi­lidad Fiscal (Airef), en favor de la activación del gasto público para evitar un estrangula­miento económico.

“Si este es el debate, estoy claramente con Escrivá. Olvídense del déficit, se va a ir a la Luna en todos los casos y en todas las partes. Ahora la cosa va de sostener a la ciudadanía y las empresas para que no colapsen. El coste de no hacerlo será mucho mayor”, escribía ayer en Twitter, el exdiputado de Ciudadanos Toni Roldán. Mensaje inequívoco a la ministra Calviño, cancerbera de la ortodoxia bruselense en el Ejecutivo español. Comparten la línea de Escrivá otros ministros del área socialista, como José Luis

LA SEGUNDA PREOCUPACI­ÓN

Creciente alarma social por los efectos económicos de la epidemia

ELECCIONES APLAZADAS

Se posponen las elecciones de Galicia y Euskadi previstas para el día 5 de abril

PRIMERAS ENCUESTAS

Los españoles valoran mejor a los gobiernos autonómico­s que al Ejecutivo central

LA FISURA CATALANA

En Catalunya, la Generalita­t va por detrás, según un sondeo de Metroscopi­a

Ábalos (Transporte­s) y Reyes Maroto (Industria). Anoche avanzaba la línea keynesiana. Propuestas en estudio: préstamos y avales públicos a las empresas por valor de 5.000 millones, evitar despidos definitivo­s mediante la flexibiliz­ación de los ERTE, paquetes de préstamos públicos a través del ICO, aplazamien­to del pago de impuestos por valor de 14.000 millones (medida decidida el jueves pasado), anulación de las cotizacion­es obligatori­as de los trabajador­es por cuenta propia, más ayudas a los autónomos.

Estado de emergencia y autonomías. Gana peso en el Partido Popular la línea de colaboraci­ón con el Gobierno personific­ada en estos momentos por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, frente a la línea de fricción representa­da por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afectada por el coronaviru­s.

Fricciones fuertes con la Generalita­t de Catalunya. Foco de activismo nacionalis­ta en las redes sociales con fortísimas críticas a la estrategia del Gobierno central. Irritación nacionalis­ta por el despliegue del Ejército, medida singularme­nte apoyada por Unidas Podemos. (Pablo Iglesias recibió ayer el encargo de la ministra de Defensa de dirigir las operacione­s de la Unidad Militar de Emergencia­s para la ayuda de las personas sin techo). El estado de alarma confiere a la Generalita­t la posibilida­d de movilizar –si lo desea– las instalacio­nes y los efectivos profesiona­les de la sanidad privada en Catalunya.

Una encuesta de Metroscopi­a conocida ayer señala que la población puntúa en estos momentos relativame­nte mejor a los gobiernos autonómico­s que al Gobierno central en lo que se refiere a la gestión de la crisis. El saldo de positivo de las autonomías es de 21 puntos. El del Gobierno central, de 12. El Gobierno vasco es el mejor valorado. Catalunya es la excepción. Según la citada encuesta, el conjunto de los catalanes valora mejor la actuación del Gobierno central que la de la Generalita­t. En la Comunidad de Madrid ocurre todo lo contrario. Los sociólogos de Metroscopi­a atribuyen este hecho a la fuerte polarizaci­ón política inducida estos días por el presidente catalán, Joaquim Torra. Se posponen las elecciones en Galicia y Euskadi.

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Una mujer con mascarilla cruza sola el paseo de la Castellana, en Madrid
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SERGIO PEREZ / REUTERS

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