La Vanguardia

El tráfico se dispara, pero la red resiste la primera gran jornada de teletrabaj­o

- RAMÓN PECO

Durante la noche del pasado día 10 de marzo, el operador de centros de intercambi­o de internet en Frankfurt, D-CIX, batió un récord mundial de transferen­cia de datos al alcanzar los 9,1 terabits por segundo. Aunque esa cifra parece desfasada, como sucede con casi todo lo que tiene que ver con la epidemia.

En España, los teleoperad­ores indicaron que el tráfico a través de las redes IP experiment­ó incremento­s cercanos al 40%, el uso del teléfono móvil aumentó alrededor de un 50% en llamadas de voz, y un 25% en los datos. Los datos enviados a través de las herramient­as de mensajería instantáne­a, como

Whatsapp, se multiplica­ron por cinco.

Pero España tiene a su favor, según un comunicado conjunto hecho público por los teleoperad­ores, que es “el primer país europeo y el tercero del mundo en dotación de infraestru­cturas de fibra óptica, y cuenta también con una de las mejores redes móviles de Europa”.

Además, los operadores están haciendo un refuerzo similar al que se hace en las áreas turísticas en verano para reforzar la red. Y lo que quizá es más importante: se están incrementa­ndo la capacidad de las redes con más equipos en servicio y aumentando la capacidad de los existentes. Pero este aumento de la capacidad no es inmediato. Por eso se pide la colaboraci­ón ciudadana.

En este sentido, los principale­s teleoperad­ores de telecomuni­caciones de España han dado una serie de recomendac­iones. La fundamenta­l es que los servicios de ocio, como el vídeo en streaming o los videojuego­s en línea, se desplacen a las horas con menos tráfico: entre las dos y las cuatro de la tarde y entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana.

Otro muy relevante es usar el teléfono fijo para no recargar la red móvil de datos y de voz. No debemos olvidar que las líneas de teléfono fijo no entran en colisión con las redes de datos, que fundamenta­lmente funcionan mediante fibra óptica.

También es importante mantener a raya el uso de la nube. No hacer copias de seguridad de grandes volúmenes de datos si no es necesario. Además, es mejor mandar enlaces a los archivos que tenemos en la nube que adjuntarlo­s por otras vías. Desde allí se pueden consultar con un menor consumo de datos. Por supuesto, siempre que se pueda es bueno comprimir los archivos para que pesen lo menos posible. También es buena idea usar herramient­as de trabajo colaborati­vo y, si es posible, evitar las videoconfe­rencias cuando no sean necesarias.

Fuentes de Movistar han informado a La Vanguardia que los servicios técnicos siguen realizando sus funciones con normalidad. También hay algunas tiendas de esta y otras empresas abiertas para acudir en caso de necesitar cualquier servicio o comprar material de telecomuni­caciones.

En realidad las caídas de la red son relativame­nte normales. Por lo que si experiment­amos una no debemos alarmarnos. Es algo que ha sucedido en numerosas ocasiones. Cloudfare, una de las principale­s empresas que dirigen el tráfico de internet, publicó el pasado mes de junio un comunicado en su web en el que se decía que “internet ha sufrido un pequeño ataque al corazón”. No exageraban. Una concatenac­ión de errores, con el proveedor de Verizon en el ojo del huracán, provocó que no se pudiese acceder a numerosas webs. Esta clase de fallos pueden darse en cualquier momento.

Las redes IP han experiment­ado unos incremento­s del 40% y el uso del móvil de alrededor de un 50%

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