EE.UU. empieza a probar en personas una vacuna contra el coronavirus
El experimento trata de evaluar las dosis que son seguras para los humanos
Estados Unidos inició ayer las pruebas en seres humanos de una vacuna contra el coronavirus, según informaron, en un comunicado, los Institutos Nacionales de Salud (NIH), que financian este proyecto a través de uno de sus centros, el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (Niaid).
Según el Niaid, la vacuna experimental ha tenido resultados prometedores en animales, y esta es la primera vez que se prueba en humanos. La vacuna se denomina RNA-1273 y en su elaboración han participado científicos del Niaid y de la compañía de biotecnología Moderna.
Como parte del estudio, ayer se administró al primero de los 45 voluntarios –todos ellos adultos sanos de entre 18 y 55 años– que tomarán parte en este experimento, que durará seis semanas.
En esta primera fase se pretende evaluar las diferentes dosis para que la vacuna sea segura y su capacidad de inducir una respuesta inmune en los voluntarios.
El director del Niaid, Anthony Fauci, explicó que “hallar una vacuna segura y efectiva para prevenir la infección por SARS-COV-2 es una prioridad urgente de salud pública”, puesto que actualmente no existe ninguna vacuna aprobada por las autoridades sanitarias para prevenir el contagio, aunque hay varias iniciativas en todo el mundo, España incluida, para conseguirla.
Este primer ensayo es sólo un primer paso y una vacuna efectiva aún está a un año o a 18 meses vista, tal y como Fauci ha tenido la precaución de aclarar. Serán los ensayos de fase 2 y fase 3 los que generan suficientes datos para mostrar si la vacuna funciona y es lo suficientemente segura como para garantizar la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.
La RNA-1273 fue desarrollada empleando una plataforma genética denominada ARNM, que es el ácido ribonucleico que transfiere el código genético desde el ADN del núcleo celular a un ribosoma en el citoplasma. La vacuna ordena a las células humanas que expresen una proteína viral que se espera que provoque una fuerte respuesta inmune. Los científicos han sido capaces de desarrollarla gracias a estudios previos existentes sobre los coronavirus que ocasionaron las epidemias del SARS, en el 2003, y el MERS en el 2012.
Los coronavirus tienen forma esférica y disponen de puntas, lo que les da apariencia de coronas. Esas puntas son las que se vinculan a las células humanas, y lo que permite el acceso del virus.
Los científicos ya estaban trabajando en una vacuna frente al MERS con el objetivo puesto en esas puntas, que ha servido de punto de partida para el experimento actual.
Tan pronto como los investigadores dispusieron de la información genética de virus SARSCOV-2 pudieron seleccionar de forma rápida una secuencia para expresar la proteína estabilizada de la punta del virus en la plataforma de ARNM.
Por otra parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, habló ayer con los representantes del laboratorio alemán Curevac tras hacerse público que Estados Unidos quería hacerse con el derecho exclusivo de una potencial vacuna contra el coronavirus de esta empresa.
Von der Leyen mantuvo una videoconferencia con la dirección del laboratorio para abordar “maneras en las que Europa puede apoyar la actividad de esta compañía”, según informó ayer su portavoz Eric Mamer.
Hay varias iniciativas en todo el mundo, pero el remedio definitivo aún tardará entre 12 y 18 meses