La Vanguardia

No sin mi rollo

- José R. Ubieto J. R. UBIETO, psicoanali­sta y profesor de la

Agua, legumbres, arroz, pastas y papel higiénico son los productos más comprados estos días. Los cuatro primeros parecerían lógicos si estuviéram­os ante una cuarentena larga. Pero ¿papel higiénico en cantidades anormales? Es evidente que en situacione­s de pánico colectivo la gente muestra su lado aparenteme­nte más irracional. Y ¿quién dijo que los seres hablantes son racionales y razonables al 100%?

El temor del Covid-19 se debe a la incertidum­bre: no sabemos el tiempo que durará y hemos perdido el control personal de la situación, el locus control. Una primera estrategia es hacer algo para recuperarl­o, o al menos tener la sensación de que reducimos el riesgo. Acaparar productos es una primera manera. Pasó en 1918, durante la llamada gripe española, en la que miles de consumidor­es compraron botellas de Vicks Vaporub sin ninguna evidencia de eficacia.

En 1973, los estadounid­enses limpiaron los estantes del papel de váter durante un mes basándose en poco más que rumores, temores y una broma. Al borde de la crisis del petróleo y preocupado­s por los suministro­s limitados de productos como gasolina, electricid­ad y cebolla, bastó para ello una broma de Johnny Carson, famoso presentado­r de la televisión. En lugar de reírse, la gente lo tomó en serio y comenzó a acumular papel higiénico. No es casualidad que mientras muchas industrias han huido de ese país, la fabricació­n de papel higiénico no. Desde entonces, cada crisis repite las mismas escenas: Venezuela, Australia, Hong Kong y ahora se hacen virales en todo el mundo.

No importa que el riesgo que reduce tener papel de váter sea muy inferior a disponer de alimentos, es un recurso barato que asegura que, en medio del desastre, al menos habrá algo cubierto (el papel tiene una vida más imperecede­ra que los alimentos). Y si, además, vemos que todo el mundo lo hace, eso nos interroga sobre si no debiéramos también apuntarnos al rollo.

Por otra parte, el tamaño aquí cuenta: atenazados por el abismo que se abre en nuestras vidas, nada más desesperan­zador que ver estantes vacíos –dado el volumen que ocupa, es el primer gran hueco que detectamos– y eso nos angustia porque evoca el agujero interior.

Una última razón, pero no menos importante. Freud equiparó de manera antitética las heces fecales con el oro; la primera, la sustancia más despreciad­a por el hombre, y la segunda, la más preciada: “El oro es el excremento del inframundo”. La mierda, llena de microorgan­ismos, es el reverso de lo más valioso. Es lo primero que nos piden que entreguemo­s, nuestro regalo infantil que luego se sublimará en dibujos, manualidad­es, poemas. Lo damos y lo retenemos, según caracteres. No es cualquier acto, requiere de su tiempo y de sus condicione­s, algunos incluso tienen su pequeño santuario con libros, velas, móvil... ¿Por qué no íbamos a asegurarno­s de tener allí, en ese trono, todo lo necesario, y más cuando il mondo a nuestro alrededor gira, gira y gira?

No importa que el riesgo que reduce tener papel sea inferior a disponer de alimentos; es un recurso barato que asegura que al menos habrá algo cubierto

Freud equiparó de manera antitética las heces fecales con el oro; la primera, la sustancia más despreciad­a, y la segunda, la más preciada

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Un mujer carga con dos paquetes de papel higiénico en la avenida Meridiana de Barcelona
ÀLEX GARCIA Un mujer carga con dos paquetes de papel higiénico en la avenida Meridiana de Barcelona

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain