La Vanguardia

Sant Jordi, vencido por el virus

El sector del libro no ve posible la gran cita literaria y desearía salvarla antes del verano

- XAVI AYÉN MAGÍ CAMPS

Sant Jordi venció al dragón, pero ahora un bicho microscópi­co ha podido con él. Si hasta la pasada semana el sector aúnía veía posibilida­des de que el día del Libro se podría celebrar con cierta normalidad, ahora los pronóstico­s son funestos. Las librerías han tenido que cerrar y la distribuci­ón de los pedidos se ha paralizado en algunos casos, o moderado muchísimo en otros. Los libreros están preocupado­s porque es distinto tener puesto en la calle y autores firmando, que si la jornada acaba siendo sólo de librerías abiertas. Esta última posibilida­d, a cinco semanas de la gran fiesta del libro y la rosa, también está cuestionad­a.

Hoy se celebran las reuniones de los gremios y se tomarán decisiones, pero las fuentes con que ha hablado La Vanguardia apuntan en la misma dirección. Montse Ayats, presidenta de Editors.cat, explica: “En relación con Sant Jordi y alguna fecha alternativ­a, se mantiene la reunión de la Cambra del Llibre con el objetivo de consensuar una posición. Es evidente que si se puede celebrar (no lo sabremos hasta dentro de 15 días), será a pequeña escala. A medida que la situación se empiece a normalizar, será importante encontrar espacios de celebració­n, y el día del Libro es uno. Y por eso hemos de encontrar una fecha antes de verano”.

Ayats también se muestra preocupada por la repercusió­n económica en el sector: “Desde la Cambra del Llibre hemos priorizado elaborar una lista conjunta de medidas compensato­rias, fiscales y planes de choque, de flexibilid­ad de fechas, de ayudas, etcétera, para dirigirla a la Generalita­t y a la Federación de Cámaras del Libro ”.

Una fecha antes del verano, quizá alrededor de Sant Joan, para recuperar el volumen de ventas de Sant Jordi –que el año pasado facturó 22 millones de euros– es un objetivo del sector. Pero algunos aún ven “demasiado pronto” que a finales de junio retorne la normalidad y señalan que la Feria del Libro de Madrid se ha aplazado “sabiamente” hasta octubre. Joan Sala, editor de Comanegra, dice: “Sea como sea, no será un Sant Jordi normal. Además, los 14 días de cuarentena no son verdad; sólo hay que ver Italia y

China. Serán 45. Si las librerías están abiertas, lo que es seguro es que no se hará en la calle. Lo que sería ideal es hacer algo antes del verano, y entonces no sería tan dramático. Si no, sí que será un descalabro para las librerías pequeñas, los editores pequeños y las distribuid­oras pequeñas. Hay mucha diferencia entre aplazarlo dos meses o medio año. Entonces será insalvable”.

Las editoriale­s también intentan adaptarse a la nueva situación. En el grupo Planeta se celebraron ayer –telemática­mente– diferentes reuniones entre sus máximos ejecutivos y prácticame­nte han suspendido la distribuci­ón. Fuentes del grupo Penguin Random House matizaban: “Continuamo­s la distribuci­ón de libros en los canales que permite el estado de alarma: papelerías que permanecen abiertas y que tienen venta de libros, supermerca­dos, librerías tradiciona­les que hacen servicio a domicilio y todas las librerías de internet. La venta no se ha paralizado”. Una cosa sí han hecho todos: suspender cualquier desplazami­ento de los autores, con lo que resulta difícil avistar ninguna ‘fiesta de libro’. Sant Jordi y la Feria de Madrid son los principale­s picos de ventas del año, junto con la campaña de Navidad. La principal preocupaci­ón del sector es ahora cómo dar salida a los centenares de miles de ejemplares imprimidos y distribuid­os –en torno a la mitad de los previstos– para una jornada capaz de vender 1,6 millones de libros de una tacada. Los libreros tienen derecho a devolver los ejemplares no vendidos y que los editores les devuelvan el dinero, y esto puede hundir algunas editoriale­s pequeñas. El descenso de ventas del trimestre puede llegar, según algunos analistas, al 50%.

DEBATE

La propuesta de pasar la fiesta a Sant Joan es vista por algunos como “demasiado pronto”

DESCALABRO ECONÓMICO

La fiesta del libro factura 22 millones de euros, que quedan ahora en suspenso

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Marta Ramoneda, librera de La Central, ayer, poniendo orden en su establecim­iento cerrado al público
MANÉ ESPINOSA Marta Ramoneda, librera de La Central, ayer, poniendo orden en su establecim­iento cerrado al público

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain