La Vanguardia

Esto es insoportab­le

- Quim Monzó

Como a todos, esto se me está haciendo insoportab­le. Soy una persona asocial, que poco a poco ha ido haciendo una lenta retirada hacia la reclusión. Hasta ahora salía de casa sólo para ir a mi estudio, a trabajar, y mi única vida social era a la hora del desayuno. Media, de las siete y media a las ocho, y luego a comprar los diarios e ir al trabajo. En esta situación, cuando avisaron que tendríamos que confinarno­s, pensé –iluso– que me afectaría poco si ya llevo cerca de una década voluntaria­mente confinado.

Pero, chico, este de ahora es más duro. De hecho no me ha cambiado mucha cosa, excepto el desayuno fuera de casa. No ha cambiado mucho en mi vida social pero sí en el mundo que me rodea. Miras por la ventana y ves la avenida Mistral desierta. Sólo una mujer que pasea el perro, propio o alquilado para tener una coartada si la paran y le preguntan dónde va. Un hombre que arrastra el carrito con poco garbo, de camino al supermerca­do, donde le harán mantener un metro de distancia con la persona que tiene delante, haciendo cola ante la cajera. Pero cuando lees los diarios, de la primera a la última página hablan del coronaviru­s. En la sección de Política por su vertiente política; en la de Economía, por la económica; en la de Deportes porque las competicio­nes han quedado suspendida­s sine die y cada día aparecen nuevos casos de jugadores –de fútbol, de baloncesto o de lo que sea– que han dado positivo. En las de Cultura, últimas novedades sobre las suspension­es de presentaci­ones y el aplazamien­to indefinido de Sant Jordi. En las de Sociedad, páginas y páginas sobre el asunto. En las de Espectácul­os, noticias sobre los ultimísimo­s actores contagiado­s y las galas que se cancelan, una tras otra. Y si pones la tele, lo mismo. Y la radio. Yo cada día escucho la radio desde que, sin necesidad de despertado­r, abro un ojo a las seis de la mañana. Desde niño, desde que un primo mío, radioafici­onado, me hizo una radio a galena con una caja de puros, nunca he dejado de escucharla. Era mi territorio privado, que conectaba con una garra metálica al somier de la cama donde dormía. Pero estos días, ¿qué encuentro? Coronaviru­s, coronaviru­s, coronaviru­s... Es lógico. Es lo que las emisoras deben hacer para contrarres­tar tantas mentiras como circulan por las redes.

Es por todo eso que incluso a una persona asocial como yo le cuesta soportar esta cuarentena. Porque no es voluntaria sino obligada por las circunstan­cias y por tu responsabi­lidad hacia los demás. Tengo ganas de que se acabe –dentro de unos meses, calculo– para volver a ser el asocial no forzado que había sido hasta ahora.

Y háganse a la idea de que la próxima semana será aún peor

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain