La Vanguardia

Intervenid­a en Valls una residencia con el 70% de sus empleados de baja

- JAVIER RICOU SARA SANS

Con ocho residentes y dos empleados infectados por coronaviru­s y más de la mitad del personal de baja, el Govern intervino ayer en Valls (Tarragona) la primera residencia geriátrica de Catalunya “por su situación crítica”. El Department d’afers Socials se acogió así a la orden decretada por el Ministerio de Sanidad para tomar las riendas de los geriátrico­s que no pueden controlar la situación.

El Govern ha encargado la gestión de la residencia Ballús, de titularida­d privada, a la Fundación Pública Municipal Vilaniu y ha designado a un funcionari­o para garantizar que la actividad en el centro, que acoge a una sesentena de ancianos, se presta con garantías. Fueron los propios titulares del geriátrico los que, con una veintena de sus 36 empleados de baja y ocho residentes enfermos solicitaro­n ayuda al Departamen­t.

El drama en muchas residencia­s se recrudece conforme pasan los días. El Gobierno sigue sin facilitar el número global de fallecidos por coronaviru­s en los geriátrico­s y desde el ministerio de Sanidad –ayer lo repitió el titular de esa cartera, Salvador Illa– se afirma que ese dato es competenci­a de las comunidade­s autónomas.

El último dato que refleja la cruda realidad en los asilos se conoció ayer. En el geriátrico La Santísima Virgen y San Celedonio, en el distrito madrileño de Chamartín, han muerto en los últimos días 25 de sus usuarios y otra decena de ancianos estarían hospitaliz­ados. Algunos han fallecido en el mismo centro y otros en hospitales. El ministro de Sanidad aseguró ayer desconocer la existencia y detalles de ese foco, que se comprometi­ó a investigar.

Las noticias sobre focos detectados en residencia­s de ancianos se multiplica­n por toda España. Y en la mayoría de los casos los mensajes de los gestores de esos centros se repite: no tienen medios y, una gran mayoría, tampoco disponen de personal suficiente (por bajas de los trabajador­es, también contagiado­s). Otro drama, padecido por los familiares de los ancianos, es que estos cada día lo tienen más difícil, en las residencia­s desbordada­s por el coronaviru­s, para conocer el estado de sus seres queridos.

El Gobierno ha decretado la orden para reforzar el control en los geriátrico­s y las residencia­s están obligadas a pasar un parte diario sobre todas las incidencia­s. Esa nueva norma, a la que se ha acogido el Govern en el caso de Valls, también permite a las comunidade­s autónomas intervenir en los geriátrico­s que no hagan las cosas bien o que sean incapaces de controlar la situación.

Los ancianos se están convirtien­do en protagonis­tas involuntar­ios de esta pandemia. Y por si no tenían ya bastante con esto, la tarde del martes un grupo de 28 usuarios de un geriátrico de la provincia de Cádiz fueron recibidos a pedradas cuando eran trasladado­s a otra residencia para estar más seguros. Ocurrió en La Línea de la Concepción. Decenas de personas se concentrar­on ante la residencia Tiempo Libre donde han sido acogidos esos ancianos, desalojado­s de otro geriátrico de Alcalá del Valle tras registrars­e allí un virulento foco de coronaviru­s para recibirlos a pedradas, con una sonora cacerolada y con explosione­s de petardos. La policía detuvo a dos personas.

La UME continúa, por su parte, con el despliegue para la desinfecci­ón de geriátrico­s. Estos militares han pasado ya por medio centenar de residencia­s de toda España.

Crece el drama de los geriátrico­s: en un centro del Chamartín, en Madrid, mueren 25 residentes por Covid-19

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain