El G-20 se compromete a inyectar 5 billones en la economía mundial
Los líderes pactan orillar obstáculos presupuestarios para frenar la recesión
Los líderes del G-20, que agrupa a los grandes países del planeta, acordaron ayer coordinar sus esfuerzos para frenar el deterioro de la economía causado por la crisis de coronavirus. Lo más relevante, aportar hasta cinco billones de dólares para evitar la destrucción económica.
Unidos por la trágica pérdida de más de 20.000 vidas humanas en todo el planeta y los lazos invisibles que atan a sus economías, los países del G-20 se comprometieron ayer a hacer “todo lo que sea necesario y usar todas las herramientas políticas para atenuar los daños” causados por la inédita pandemia del Covid-19 y vencer al virus.
Ese “todo lo que sea necesario” incluye el compromiso de inyectar “por lo menos cinco billones de dólares” en la economía mundial a través de “políticas fiscales específicas, medidas económicas y programas de garantía para contrarrestar los impactos sociales, económicos y financieros de la pandemia”, aseguran los líderes de los 20 países más industrializados del planeta en un comunicado conjunto después de la cumbre virtual celebrada ayer.
Las reglas de la ortodoxia presupuestaria, en definitiva, no serán un obstáculo en su propósito de vencer al Covid-19, una enfermedad que actualmente tiene a 3.000 millones de personas en todo el planeta sometidas a medidas de confinamiento en distinto grado y que aboca a las economías de todos los países del G-20 a una inesperada recesión. “El virus no conoce fronteras”, constataron ayer los líderes de este foro, que actualmente preside Arabia Saudí y al que España acude como invitado permanente.
Los 2,2 billones de dólares del plan de estímulo económico aprobados anteanoche por el Senado de Estados Unidos son uno de los pilares de la estrategia de expansión fiscal acordada por los líderes del G-20. China, el país donde se registraron los primeros contagios del coronavirus a finales del año pasado, anunció una inyección fiscal de 344.000 millones de dólares. Aparte de las medidas presupuestarias de sus estados miembros, a los que se ha dado libertad para gastar, la Unión Europea movilizará 25.000 millones de euros para afrontar la crisis.
Esta estrategia de expansión fiscal será complementada por una acción más decidida y coordinada por parte de sus bancos centrales, afirma el comunicado del G-20. “La magnitud y el objetivo de esta respuesta reanimarán la economía global y pondrán una sólida base para proteger trabajos y recuperar el crecimiento”, se conjuraron los líderes del G-20, fotografiados en sus respectivas capitales frente a la pantalla del ordenador, la vía que ahora utilizan miles de millones de personas en todo el mundo para trabajar o estudiar mientras otros miles de millones siguen acudiendo a diario a sus puestos físicos para evitar el total colapso económico.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, que acaba de pedir a su país que se quede en casa para frenar la carrera de contagios, reclamó a sus colegas una moratoria a las sanciones internacionales. “Es cuestión de vida o muerte”, dijo, según la agencia AP. Una decisión en ese sentido podría beneficiar tanto a Rusia, castigado por la anexión de Crimea, como a Irán, uno de los países más afectados por la pandemia.
China, por su parte, pidió la suspensión de los aranceles a las importaciones. Ninguno de estos asuntos figura en el comunicado final, que sí habla del compromiso común de “evitar las interferencias innecesarias a la circulación del comercio internacional”. En las conversaciones preparatorias de la cumbre, Washington reclamó a Riad una tregua en su guerra de precios en el mercado del petróleo.
La reunión, cerrada a la prensa, comenzó con un llamamiento del rey Salman de Arabia Saudí para una respuesta coordinada y global. La urgencia de su mensaje se vio reforzada por el sombrío recordatorio de Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, sobre el avance del coronavirus: “El mundo tardó tres mes en llegar a los 100.000 contagios confirmados. Los siguientes cien mil llegaron en 12 días. Los terceros, en cuatro. Los cuartos, en un día y medio”, enfatizó Guterres antes de que se llegara, ayer, a la cifra de 500.000 contagios confirmados.
Más allá de las medidas económicas y de restablecimiento de la confianza, los países del G-20 se comprometieron a actuar con transparencia y solidaridad a la hora de intercambiar información sobre el virus y la posible vacuna y tratamiento, así como a “aumentar la capacidad manufacturera” para responder a la demanda de material médico y hacerlo disponible de forma equitativa y a precios asequibles. También pidieron al Fondo Monetario Internacional y otros organismos que tomen medidas “robustas” para dar asistencia financiera a los países emergentes y en desarrollo para hacer frente a la pandemia. “Consolidar la defensa de la salud de África es clave para la resiliencia de la salud global”.
Rusia solicita una moratoria de sanciones, y China, la suspensión de los aranceles