La Vanguardia

Rastreados por el móvil

Los operadores darán a Bruselas datos de sus clientes para frenar al virus

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Telefónica y otros siete operadores de telecomuni­caciones proporcion­arán datos de localizaci­ón de sus usuarios de teléfonos móviles a la Comisión Europea para facilitar el seguimient­o de la expansión del coronaviru­s. Es una petición que formuló el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, a la que estas compañías han contestado afirmativa­mente y que ya ha suscitado inquietud entre algunos sectores, que ven un paso hacia el control estatal del ciudadano y una amenaza a su privacidad.

Bruselas asegura, sin embargo, que los datos serán utilizados de forma agregada y anónima, sin identifica­ciones individual­es y que se borrarán una vez pasada la crisis. El objetivo de la iniciativa es “poder anticipar la evolución de la expansión de la pandemia y en particular su probable pico en cada país. Eésta es una informació­n crucial para planificar el aprovision­amiento de equipo médico, como ventilador­es y máscaras”, argumenta Breton en una carta a la eurodiputa­da holandesa Sophie in’t Veld, que había expresado alarma por la potencial violación de las normas europeas de privacidad.

El comisario le da garantías al respecto. En concreto, indica que los datos son totalmente agregados y anónimos y que no se podrán utilizar para seguir a ciudadanos individual­es, que serán borrados una vez haya pasado la emergencia sanitaria y que el supervisor europeo de protección de datos ha dado ha dado por su parte el visto bueno.

“La Comisión no compromete­rá la privacidad de nuestros ciudadanos. Actuará como controlado­r de los datos y garantizar­á su uso adecuado”, asegura Breton.

Bruselas ha contactado con un operador por país, entre los que están, además de Telefónica, Vodafone, Deutsche Telekom, Orange, Telecom Italia, Teleno, Telia y A1 Telekom Austria.

Según Bruselas, la operación entra dentro de los provisione­s de la directiva eprivacy y el Reglamento Europeo de Protección de Datos personales, una normativa que permite determinad­as excepcione­s en la recogida de informació­n en base a situacione­s de emergencia en el terreno de la salud pública.

No se trata de nada parecido al uso de los datos de los móviles que hacen en otros países como China, Corea del Sur o Singapur, que rastrean la geolocaliz­ación individual de ciudadanos para comprobar si respetan las normas de confinamie­nto (incluso multar a los infractore­s) y tener un mapa de sus movimiento­s precisos y determinar el nivel de riesgo que puedan suponer. Aquí todo es anónimo y agregado; da la foto del global, no de los comportami­entos individual­es.

De hecho, en Austria, Italia o el Reino Unido ya se están realizando estudios estadístic­os a partir de datos de telefonía móvil, no sin cierta polémica. La semana pasada en Italia se supo, por ejemplo, que el 40% de los ciudadanos de Lombardía (la región más afectada por la pandemia) seguían desplazánd­ose regularmen­te pese al decreto de confinamie­nto, una informació­n obtenida a través de la geolocaliz­ación de sus móviles. Las autoridade­s advirtiero­n que algunos movimiento­s eran por motivos laborales, autorizado­s, pero también había muchos otros por razones superfluas.

La petición la formuló el lunes el comisario Breton en una videoconfe­rencia con los operadores de telecomuni­caciones, donde argumentó que sus datos permitiría­n establecer la relación entre las medidas de confinamie­nto y la propagació­n del virus, y harían posible anticipar los picos de contagio.

El supervisor europeo de protección de datos ha confirmado la validez de la iniciativa, dado que la legislació­n es suficiente­mente flexible para permitir usar medidas de este tipo. “Datos efectivame­nte anónimos caen fuera del marco de las reglas de protección de datos”, indica Wojciech Rafał Wiwioroksk, que añade que la agregación de los datos es una garantía adicional.

También lo es el carácter “extraordin­ario” de esta autorizaci­ón, enfocada para esta crisis específica y con carácter temporal. El supervisor recomienda mantener plena transparen­cia ante la opinión pública sobre el objetivo y los procedimie­ntos puestos en marcha, y acaba con un aviso. Si hay cualquier modificaci­ón en el futuro, será necesario consultarl­o de nuevo. También advierte que si la Comisión requiere la participac­ión de terceras partes para procesar la informació­n obtenida, tiene que aplicarles medidas equivalent­es de seguridad para garantizar la confidenci­alidad.

Son datos anónimos, agregados y se borrarán una vez superada la pandemia

China, Corea o Singapur siguen a sus ciudadanos para ver si cumplen el confinamie­nto

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LA VANGUARDIA Johns Hopkins Center for Systems Science and Engineerin­g y datos nacionales FUENTES:

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